jueves, 30 de junio de 2005

Gases letales. Parte 1.

Si un día hablé de lo placentero que resulta cagar mientras lees algo novedoso, hoy abocaré mi texto a un primo lejano de la caca. Ese familiar a veces no reconocido del mojón pero que también pertenece a su árbol genealógico, es decir del peo. Aquel gas que pasa entre los glúteos y que quizás muchas veces te ha hecho sonrojar o bien tú crucificaste a quién haya osado dejar escapar al indeseable amigo. Todos concuerdan que el peo más asqueroso, repugnante y con el peor olor del mundo es aquel que dejas escapar mientras te duchas, ya que no sufre ninguna especie de filtro como lo puede ser tu ropa interior o pantalones. Así tal como lo ves (¿o hueles?), ese “ope” sale al mundo sin que nadie se lo impida, carente de obstáculos textiles. Lo peor de todo, es que en la mayoría de los casos, ese peo no lo compartes con nadie, tú eres el único que saborea su olor y consumes el extracto acumulado durante el día. Tampoco se puede olvidar el “sabaneado”, aquel gas que dejas salir cuando estás acostado y tapado hasta el cuello. Nadie puede negar que ha sentido la curiosidad de oler el peo y se hace de la manera más cómoda, es decir levantando las sabanas y formando una pequeña ola con éstas, de esta forma todo el aroma llega directo a tu nariz contaminadote el cerebro. Mención honrosa es cuando compartes ese olor, si alguna chica se encuentra acostada al lado tuyo se lleva de regalo esa maravillosa experiencia. Un peo clásico es el de la micro. Ese olor que comienza a emerger desde el piso del vehículo y termina su camino en el techo del mismo. Es notable ver la cara de “Yo no fui” de todos los pasajeros, acusando al prójimo con la peor de las miradas. Culpabilizando a los demás con serios cambios en el rostro, señales de desaprobación y morisquetas varias. Este peo tiene estrecha relación con el llamado peo “ninja”. Puesto que hay que poseer las cualidades japonesas para realizar tal labor, lanzar afuera de tu cuerpo un peo silencioso que invada todos los rincones del transporte público. Pero ¡ojo! el que sea silencioso no significa que sea inofensivo, esos “ninjas” aparecen de la nada pero atacan en los puntos precisos con su gas letal. Los peos de origen japoneses son muy característicos de las mujeres. Sí!. Nuestras femeninas también dejan escapar sus olores. Pero lo hacen con una sutileza y elegancia envidiable que muchos hombres quisiéramos tener. Cuando una señorita va parada en la micro, afirmada con ambas manos en los respaldos de los asiento, con la cartera (o mochila si es estudiante) en el hombro y con unos retorcijones estomacales dignos del infierno, no les queda otra opción de “tirarse un vientito”. Sus dos piernas se encuentran estiradas, es más no quiere ni moverse porque corre peligro que su peo maliciosamente escape acompañado de una tronadura similar a las realizadas en la mina de Chuquicamata, y ahí si que sería vergonzoso. Entonces, finamente dobla una de sus rodillas y ladea de forma natural el glúteo de la pierna que mantiene estirada, así el “peíto” solamente roza las paredes del ano para salir al mundo silenciosamente.

-Ya viene más-

martes, 28 de junio de 2005

Alarma placentera

Mis ojos no se pueden mantener abiertos, la luz de mi lámpara de cabecera se hace más insoportable, las letras del libro de turno empequeñecen línea tras línea, las manos ya sienten el frío invernal, sabes que no debes ver más televisión porque hay que levantarse temprano mañana y no encuentras posición cómoda donde situar los enredos de tu pelo. Mejor dejas el libro en el velador marcando religiosamente la hoja que detuvo tu lectura, te aseguras que el teléfono se encuentre programado con la bulliciosa alarma que será tu bienvenida a un nuevo día y finalmente te quemas los dedos cuando tocas la ampolleta al tratar de apagar la lámpara. Tiras al suelo el cojín que recibe tu cráneo mientras lo invades de páginas, así ordenas la almohada aprestando tu conciencia a descansar en el imperio de Morfeo. Antes de dormir piensas en alguna chiquilla que te recuerde momentos placenteros, de esta forma la espera del dormir se hace mucho más grata. El ruido del viento roba la imagen de cualquier muchacha trasladando inmediatamente tu pensamiento al sonido eólico. Ignoras el movimiento de las sillas y plásticos varios, que de alguna u otra forma interfieren la antesala de tu profundo descanso. La indiferencia a los factores climáticos es mayor y accedes al mundo de la ensoñación. No te acuerdas de lo que sueñas, quizás a veces ni siquiera sueñas, pero te sientes en un lugar apacible. Tu cabeza pegada a la ventana comienza a sospechar, los ruidos se convierten en cualquier orquesta sacada del Municipal. Abres los ojos destapando tu cuerpo de forma inmediata, tu mano derecha corre un poco la cortina limpias el vidrio del hielo acumulado y miras con atención hacia el patio. Ya no oyes sonido alguno, por lo que dejas reposar el cansado cuerpo en la cama. No pasan ni tres segundos cuando el silencio se resquebraja y apresurado corres la cortina. Levantas tu cara sintiendo un dolor impresionante, te das cuenta que hay vidrios por todos lados, incluso en tu rostro, miras fijamente hacia afuera y ves una silueta, al momento que la sangre comienza a chorrear por tu cara tiñendo de rojo el plumón. La silueta posa ambas mano en tu cuello impidiendo la respiración normal, percibes como la garganta se estrecha más y más. Tus ojos observan desesperado como en los brazos de aquella sombra las venas comienzan a hincharse, sin poder zafarte de tu posible asfixia. Usas tus pies para golpear el pecho de la figura negra, liberando así la garganta de la prisión extrema. Un par de pasos y ya estás fuera de tu pieza, la casi asfixia no permite emitir sonido alguno. Abres la puerta de tu pieza chocando fuertemente tu espalda contra el closet. Suena la alarma del celular.

domingo, 26 de junio de 2005

Click

El escuchar reiteradas veces que debes poner los pies sobre la tierra debe significar algo. No creo que la imagen que proyectas hacia los demás sea una visualización errada de tu personalidad, si bien hay algunos matices que quieres resaltar o esconder, a la larga los sujetos que te rodean logran significar algo de tu yo. "¿Cuándo vay a cambiar?", "Ya te quiero ver en la misma" o "Algún día te va a tocar" puede que sean frases que se concreten . Además tú mismo te cuestionas tu relación con los demás y sabes que algo anda mal, pero no lo quieres aceptar. Quizás sea inmadurez o puede que tan sólo no quieras cruzar ese límite. Pero siempre llega el momento y tienes que estar bien atento para lograr captarlo de buena manera. Hoy ví a una mujer que hace un tiempo revolvió mis hormonos y a la vez hizo cuestionarme mi relación de ese entonces. Con la misma que tuviste un leve flirteo que no supiste materializar y optaste por lo que tenías en bandeja. Tampoco te puedes mostrar tan frio y debes aceptar que tu pareja de aquella época te movia el piso. Tal vez fue una consecuencia o el entusiasmo momentaneo, después de unos meses el tiempo dio la razón. Besos juguetones a escondidas te nublaban la mente, mientras que por otro flanco los besos no eran tan a escondidas. Bueno, la cosa es que hoy la viste y ese flirteo anterior nuevamente afloró de ambos. Coqueteos infantiles y discusiones sin motivo mostraban intéres. También hay que agregar que te encanta su onda sumado a su forma de ver la vida, que si bien rozan le dan un poco de sazón a la relación. No todo es color de rosa. Te pueden catalogar de superficial pero no puedes negar que te encanta como se viste. Imaginas una escena que puede ser cursi, pero que no deja de entusiarmarte. Te ves caminando de la mano por cualquier lugar de Santiago discutiendo por alguna pequeñez, ironizando con los demás, riendote de los demás -muchos de rien de ti... esa es la idea- y desplegando todo tu humor negro y sarcastico. Te propone que la vayas a ver y te da su número de teléfono para que la llamas. ¿No creo que sea un entusiasmo gratuito y sin sentido de tu parte?. Te pregunta que día sales temprano de clases para juntarte con ella, demostrando una cuota de intéres de su parte. Tus chistes un tanto entradores los recibe de buena manera. ¿O será un rollo mio?. Supongo que marcaré su número y escucharé su voz. Espero reunirme con ella y ver lo que pasa. Quizás fue el click que resonó en tu conciencia, pero debes tener en cuenta que aquel encuentro te tiene escribiendo esas sensaciones y cuestionamientos. ¿Será ella?. Ojalá que si. Se me vino a la mente una frase de Joel, personaje de la película Eterno Resplandor, "¿por qué diablos te enamoras de cualquier mujer que muestre cierto intéres en ti?. Claro que esa frase tú la tomas en menor medida y sabes que no es amor, pero como dije antes es el click que hará que mañana la llames.

viernes, 24 de junio de 2005

Será un ingeniero dijo el abuelo, un gran arquitecto sería perfecto

Cuando metí mi primer gol, ya con un raciocinio más elaborado, supe que quería ser futblista profesional. El éxtasis de ver tu tiro en la malla del equipo contrario era insuperable, tan excitante como una buena noche de sexo; el sentirte en la cima por un par de segundos convertía esa pequeña de fracción de tiempo en un recuerdo imborrable; ser el jugador más valioso del equipo te trasladaba a otra galaxia y ver la decepción en la cara de tus rivales es uno de los más grandes goces del deporte rey. Después otros intereses desplazan tus primeras proyecciones infantiles. En la clase de introducción al periodismo, la primer clase de la carrera, nos hicieron presentarnos y dar a conocer las motivaciones que te llevaron a elegir tu futura profesión. El 70% de mis actuales compañeros desde pequeños aman el periodismo. Escuché frases como. “Yo nací con un micrófono en la mano”, “Para mi periodismo es mi Dios”, “Quiero seguir la senda de mis padres y hermanos”, “Yo siempre trabajé en el diario de mi colegio”, y una larga lista de razones casi sacramentales. En cambio, yo respondí: “Ehmmmm vengo de Bachillerato. Elegí periodismo porque me convenció más que Antropología que era la otra carrera que llamaba mucho mi atención”. Inmediatamente me sentí observado como si hubiera mancillado el honor del periodismo. Con el correr de los partidos y los minutos en cancha me di cuenta que no me iba a transformar en el próximo Maradona o Pelé. Mis actitudes si bien sobresalían no eran lo suficientemente talentosas. Además, el carrete y la parranda aportaron su grano de arena en mi decisión de dejar de lado el deporte como carrera. Los sonidos del hip-hop cautivaron mis sentidos bombos, cajas y scratches llenaban los rincones de mi pieza apoderándose por completo de mi atención. Un día invitaron a mi colegio a asistir a una feria de las universidades, donde las casas de estudios privadas descargaban toda su artillería retórica y manejo comunicacional, con el único fin de engatusar al confundido estudiante de cuarto medio. Yo fui uno de ellos. Ingeniería en sonido se veía como mi elección académica, ya que supuse que la creación y manipulación de beats podrían rozar con los ritmos de mi música. Al cabo de un tiempo me di cuenta que no era así, o quizás sí, pero que yo no estaba muy convencido. Así que opté por bachillerato, la tierra de los indecisos, confundidos y los catalogados como “quintos medios”.Como dije antes antropología y periodismo eran mi horizonte más cercano. A pesar de que en mi curso decía que quería estudiar teología sólo por joder a mis compañeros, sabiendo que esa carrera no se imparte en mi universidad. Todavía recuerdo cuando aprendí a leer gracias a unos libros de enseñanza y mi afán autodidacta. La lámpara cabeza de perro que estaba en la cabecera de mi cama se convirtió en mi fiel compañera de lecturas nocturnas, que incluía historietas y libros varios. Con el advenimiento de la tecnología y la caída de precios mis padres me regalaron un televisor para mi pieza. Lo que de alguna u otra forma coartó mi fascinación por leer, alejándome del mundo de las letras e insertándome en las categorías audiovisuales. Yo sé que mis padres lo hicieron con la mejor de las intenciones para satisfacer al “regalón”. Posteriormente mi romance con las páginas emergió tal cual ave fénix de las cenizas, las hojas transitaban frente a mis ojos llenando mi cabeza de historias, cuentos, tesis y un sin fin de información. Ahora si bien me encanta leer amo mucho más escribir. Necesito sentarme frente a un computador para desparramar palabras, a veces sin ninguna coherencia, contar historias, relatar sucesos e inventar esos mundos que alguna vez me hicieron ciudadano de sus fronteras. ¿En qué me gustaría trabajar en el futuro?. Quizás ser el periodista de alguna embajada de Chile en Europa, de preferencia en Holanda para fumar porros indiscriminadamente, y a la vez mandar artículos, crónicas, columnas de opinión o cualquier papel tapizado de letras a algún medio masivo en Chile. De futbolista a ingeniero en sonido, de ingeniero en sonido a periodista, de periodista a... ¿quién sabe?.

miércoles, 22 de junio de 2005

Al otro lado III

El entrar adonde se encuentra el muerto me sitúa en una situación indecorosa, pero paso raudo por el lado del cajón sin ni siquiera doblar la vista. Mantengo la mirada fija y mi cuello no sufre movimiento alguno. Llego a una sala donde hay distintos personajes, entre los que destacan la viuda, una señora baja, media gordita que al parecer aplaca su pena preocupandose de la comodidad de los demás; también se puede observar a la sobrina de mi amigo, esa muchachita que hace años gozaba de un fisico espectacular pero que ahora se ha dejado estar; uno de los yernos del finado se encontraba dormitando en un sillón, estaba casi apernado como si ese lugar fuera su posible cama; y otros personajes que no pude reconocer. Apenas hago ingreso a la sala me ofrecen consomé de pollo, obviamente me negue por mi oposición al consumo de animales, ante tal negativa surje la alternativa del café, cosa que también rechazé por creer que la cafeína a la larga daña tu cuerpo. Mi papá dice: "No... si este cabro es complicado". Preferí guardar silencio. Fueron momentos en los cuales me sentía solo, porque mis padres conversaban con otras personas y yo sólo me limitaba a observar las escenas. No sé cómo nació la conversación sobre mi pelo. Escuchando: "El Diego que tiene el pelo largo. ¿No se lo peina?". De inmediato me sumo al debate sobre mi situación capilar y digo: "No. Porque me da flojera". "¿Pero igual te lo lavas?", replica una jóvenzuela. A lo que contesto: "Obvio que si. Lo que pasa es que no me peino no más". Intuía que iba a responder la pregunta de rigor y escucho: "¿Ténis piojos?". "Si. Los quiere ver" dije causando una mirada de rechazo en la inquisidora, a lo que agregue: "No mentira. No tengo piojos. Si me lavo el pelo... como dije antes las cosa es que no me peino y por eso se ve enredado". Fin de la conversación capilar. Todos tomando café y comiendo consomé, y yo comenzando a bostezar. Miraba la hora pensando que no iba a llegar a mi casa a ver Sex&The City y que iba dormir súper poco, ya que al otro día tenía que levantarme muy temprano. Hasta que el benefactor de espermatozoides, o sea mi papá me dice: "Ya. Nos vamos en 15 minutos más". Bacán pensé. El ambiente ya me estaba desgastando y el sueño ganaba la batalla por mantenerme despierto. Voy a aprovechar de fumar el último cigarro, así me ahorro también la ceremonia de despedida y enfilo hacía la calle. Nuevamente veo que mi papá me secunda en la travesía. Sólo me despedí de mi amigo sin decir ninguna palabra de aliento. No sirvo para estas cosas. Con el auto casi blanco nos dirigimos a nuestra casa comentando la situación del velorio. Y yo advertía que mañana no podía ir al entierro porque tenía clases a esa hora. Mi papá tenía que trabajar, asi que mi mamá iría como embajadora de nuestra familia. Llego a casa y si alcanze a ver un capítulo de mi serie dominical nocturna. Fueron unas horas extrañas, hace tiempo que no iba a un velorio.

martes, 21 de junio de 2005

Al otro lado II

Las señoras muertas de frio, ¿muertas?, todavía se encontraban en la sala donde estaba el ataud. Esas mismas señoras tan arrugadas que si tenían el infortunio de ver surgir otra arruga en su cara quedarían ciegas. El frio -un tema recurrente en mi- ya comenzaba a hacer estragos, las viejas somnolientas pedian café, té o algún consome de pollo. Yo por mi parte continuaba afuera de la casa, en un grupo en el cual a veces había un silencio ensordecedor, y rogabas porque alguien dijera cualquier palabra light. Encendía mi cuarto cigarro en menos de 1 hora, record ya que me encontraba si copete, claro que yo era la excepción porque a mi lado habian sujetos emanando olor a alcohol. Con apelativos tan graciosos como Cochiguas o Pirinola. Este último era bastante gracioso, lo comprobe cuando se acercó al grupo y comenzó a rayar la papa. Estaba cagado de la risa, pero lamentablemente la tenía que contener mordiendo mi bufanda. Miraba como llegaba y llegaba gente a dar el pésame, también aprovechaba para ver si había alguna chiquilla por ahí. Siempre está la posibilidad de pinchar, de hecho una vez conocí a una señorita en el velorio y posterior entierro de un tio hace un par de años. A pesar del frio y la hora todavía corrían juguetonamente los niños que afortudamente no captan el nivel de tristeza de dicha situación. Es más, un pendejo me hizo reirme mucho cuando pasó por el lado mio y me dijo: "Uuuuuuu... están bonitas esas flores", mientras me mostraba una corona fúnebre. Salí de la casa a botar humo del quinto cigarro que me prestaba a consumir, cuando percibo que mi papá me secunda en mi decisión. Nos paramos afuera de la casa para poder hablar más fuerte y comentar algo que nos haya llamado la atención del velorio. De repente vemos que nos viene a buscar nuestro amigo deudo y nos dice: "Pasen. ¿Qué se están cagando de frio acá?. Vamos a tomarnos un café o un consome de pollo". Mi papá replica: "Espera un poco que este weon se fume el cigarro". Pero su voz no sólo la escuchó nuestro amigo, porque al instante se acerca uno de los viejos curahuillas diciendo: "Vayan para adentro no más. Yo me quedo con el cigarrito". El viejo me cagó con el cigarro.

-Continuara. Es que mañana tengo una prueba ultra brigida.-

lunes, 20 de junio de 2005

Al otro lado

Siempre es una situación incomoda, a pesar de tener plena conciencia de su devenir y no mirarla con tanto recelo. Aceptar que es inevitable y sólo preguntarse qué vendrá después. La comodidad me hubiera mantenido en casa viendo tv o estudiando para la prueba de J.P.. Pero el lazo de amistad fue más fuerte y decidí acompañara mis padres, sin que ellos me lo sugirieran ni muchos menos me obligaran. Por esta razón cuando dije: "Espérenme un poco. Los voy a acompañar", la actitud facial sufrió un leve cambio. Traté de buscar ropa oscura que no sobresaliera mucho, así los colores azul dominaron mi vestuario. Botabamos humo de la boca mientras en la radio sonaba Drum&Bass, una exquisita selección de la Zero, y mi pie derecho inevitablemente se movía al son de la música. Cuando nos bajamos del vehículo muchos de los asistentes nos miraban incrédulos preguntándose: "¿Y ellos quiénes serán?", hasta que una sobrina del deudo más cercano a nosotros nos reconoce. Al instante reonocen a mi papá comenzando el festín de los abrazos con su respectivo pésame. Ppor mi parte sólo me dedicó a abrazar sin emitir palabra alguna, nunca sé que decir en esas situaciones. Ya que el añejo "lo siento" o el "ayudándote a sentir" se escapan de mi vocabulario como si quisieran mantenerse sólo en mis pensamientos. Paso mis brazos por los hombros de los hijos y parientes cercanos, repitiendo el ritual por el cual han pasado desde que se enteraron del deceso. Vemos a nuestro amigo con una entereza admirable y lo abrazo con fuerza, sin emitir palabra alguna de nuevo, están demás. Cuando veo el féretro cuatro hombres lo rodean enfocando su mirada en el horizonte impavidamente. Visten camisetas del club del barrio, los colores albirojo identifican al "Paraguay", equipo del cual el muerto era fiel seguidor. Jugadores ya demacrados que hoy jugaron un partido en homenaje custiodaban el ataud. Mi mamá se acercó y vió al finado, yo por mi parte preferí utilizar el recurso de fumar un cigarro. Los cuatro jugadores me recordaron inmediatamente el velorio de Gladys Marín, cuando sus compañeros del F.P.M.R. hicieron lo mismo. Caras que perdieron su elasticidad con el tiempo se mantenían firme en la sala mortal, una arruga más en las señoras y quedaban ciegas.

-Continuara-

viernes, 17 de junio de 2005

Si no leo algo nuevo no puedo...

Con desesperación extrema busco el diario del día, revuelvo y tiro para cualquier lado los papeles que están debajo del televisor. ¡ Recorcholis ! (Jajajajaja... que palabra más chistosa). El periodico lo tiene mi papá y no me lo va a pasar por ningún motivo, yo tampoco se lo cedería. Vuelvo angustiado a buscar las revistas anexas que trae el fin de semana. ¡ Zambomba !. Mi mamá las hojea con cero intéres pero tampoco me las va a pasar. Ya totalmente resignado voy en la busqueda de los avisos económicos lamentablemente me da lata ver los autos y saber que todavía ando en micro, siempre leo la sección "Trabajos ofrecen" pero semana trás semana repiten los mismos anuncios que prometen mil maravillas que al presentarte se pierden en al aire, conozco los precios de los moteles así qué ninguna motivación para leer. Busco las revistas de días pasados, pero no me gusta releer cosas que a la pasada hojeo. Sinceramente creo que voy a explotar, mis piernas se doblan solas y estoy a punto de perder la conciencia. Voy a mi pieza a buscar cualquier revista o libro nuevo. ¡ Recaspitas !. No he comprado nada de nada y los libros los tengo en la mochila. El tiempo se acaba. Sin nada en las manos cierro la puerta y me siento. Pero en un acto instintivo me paro y tomo un envase de shampoo volviendo a sentar tranquilamente. Aprendo que "Sedal" usa de ingrediente agua, lauret sulfato de sodio, cocamidopropil betaína, entre otras cosas, para fabricar sus productos. Ya con mis ojos recorriendo en el envase puedo cagar tranquilo. Creo que cuando me siento en la taza del water a cagar y me encuentro leyendo algo novedoso, mi aparato ¿"excremental"? (No tengo idea como se llama el organo que hace que cagues... para mí se llama aparato excremental) se relaja haciendo que el residuo de mi cuerpo fluya mejor. Es más placentero hechar una buena cagada leyendo algo que nunca antes habías leido. Si no lo hago no disfruto a concho mi cagada, porque para mí dentro de los placeres de la vida está el cagar. Y como dice el título incompleto: "Si no leo algo nuevo no puedo cagar".

Y tú ¿cómo disfrutas más tu cagada?.

jueves, 16 de junio de 2005

Tumulto económico

Adelante se encontraba el jóven calvo que me pidió que le cuidara su puesto, cosa que sólo intuí porque me encontraba con los audiofonos puestos y con Benedetti en la mano. Atrás estaba el señor que en cada oportunidad que cambiaba la canción de mis disco, lo oía reclamar que la fila no avanza nada. Cuando subí a ese segundo piso quería que hubiera harta gente, eso me daba tiempo para terminar mi libro, aunque no me gusta estar parado durante mucho tiempo. Se podía observar al muchacho con chaqueta de milico que tenía un casco de moto en su mano, quizás venía a pagar una de las cuotas del prestamo que pidió para comprar su vehiculo. Dos puestos más adelante del motorizado está el señor con overol que miraba la hora a cada rato (en su celular por supuesto), presumo que lo hacía porque aprovechó su hora de colación para hacer sus tramites. En cada vuelta miraba fijamente y me miraba fijamente la muchacha que mascaba chicle con gran entusiasmo. Tres personas más adelante veía como movían sus bocas las dos chicas con parka y bufanda, me di cuenta que no sé leer los labios porque no entendí parte alguna de su dialogo. El muchacho con cara de preocupación leía afanosamente las fotocopías que tenía en su mano, parece que la prueba estaba por aproximarse. Cinco cajas hacían que la fila avanzara más rapido de lo normal, porque es típico que sólo hay dos cajas funcionando. Las ancianas, ancianos, enfermos, embarazadas y mujeres con guagua en brazos aprovechaban su condición para evitar el suplicio de avanzar lentamente mientras observas muy aburrido la espalda de tu antecesor. También estaba la señora que nunca sale de su casa, sino es sólo para pagar las cuentas de su hogar. Su cara de viajera la delataba. El aire acondicionado cambiaba el pálido tono de la piel invernal por un rojizo afiebrado. En las cajeras el rostro de insatisfacción y agonía expresaba la desilución de estar encerrada 8 horas diarias en un cubiculo. Dos vueltas más y ya estoy en la caja. Me duele el cuello de tanto leer. Gran parte de la gente ya tiene su cédula de identidad en la mano, no vaya a ser que la hayan olvidado en su casa. El caballero de casí 50 años de edad emanaba una sonrisa de su cara, me tinca que ahora iba a pagar el último dividendo de su ahora casa propia. Aquella propiedad que adquirió gracias a una cuenta de 20 años. Una vuelta y listo. La muchacha que come chicle está en frente de una ventanilla, no me había dado cuenta que tiene el trasero muy bonito. Miro hacía atrás y observo como la lluvía cae, como dirían los periodistas de matinal, copiosamente mojando a quién se ose a transitar sin paraguas. Soy uno de los estúpidos valientes que prefieren no usar paraguas. No me había dado cuenta que hay un sujeto con una nariz inmensa y por momentos no dejo de mirar su aparato respiratorio descaradamente. A mi me dicen narigon pero él me supera en demasía. A dos personas de la caja. Justo se forma una fila anexa con ancianas, ancianos, enfermos, embarazadas y mujeres con guaguas en los brazos que aprovechan su condición para evitar la fila. ¿Por qué diablos se foma cuando estoy a dos personas de la caja?. Ley de murphy. Espero que se desocupe alguna ventanilla para terminar con la fila. Obviamente la gente se demora más del promedio normal y espero impacientemente. Veo como la cajera me llama, pero de la nada aparece una mujer con una guagua en sus brazos, aunque el pendejo tenía como 7 años, y le cedo mi turno. Por fín escucho: "Banco Santander-Santiago. Buenas Tardes". "Hola", respondo y entrego los documentos que terminaran con mi espera. Camino hacía la salida y veo que la cola está mucho más larga que en los momentos en los cuales yo fuí el útimo eslabon de esa cadena humana. Observo a un jóven con un libro en la mano, audifonos en sus orejas que movía su pie derecho al ritmo de la música. Esa imagen me recuerda algo.

miércoles, 15 de junio de 2005

Tributo a Escupo

Cuando mi gato Rumpy no apareció más por mi casa determinadas teorías giraron en torno a su desaparición. Quizás abandonó su lecho hogareño por sucumbir a los placeres de la carne que algunas gatitas estaban dispuestas a entregar o puede que algún vecino malintencionado acabó con un veneno barato la vida de mi felino, o también existe la posibilidad de que lo hayan raptado y todavía lo mantengan cautivo, o simplemente no quería recorrer el mundo, ya que su horizonte no era más de tres pasajes. La cosa es que cuando el Rumpy me dejó quede con una tristeza y una necesidad de adoptar otra mascota. Primero pensé en un perro pero me molesta su excesiva felicidad canina, en contraparte con un gato que vive el día a día sedentariamente adecuando su estado de ánimo diariamente.

Asi fue como decidí conseguir otro gato. Días después en los alrededores de mi casa se comenzó a escuchar un tibio maullido, hasta que de repente un pequeñisimo gato apareció rondando asustadizamente. Lo veo y me doy cuenta que es un típico cuchito abandonado sólo por haber nacido, quizás un embarazado no deseado de su madre, y su sólo vivía para sobrevivir. De un aspecto muy desaliñado, flaco, sucio y con un gran pelón sobre su frente. Como todavía me quedaba comida del Rumpy fuí ganandome la confianza del gatito a travéz de la alimentación. Finalmente cedió y me dejó tomarlo en brazos, ahí estaba junto a mi papá, y cuando lo examinamos detenidamente nos damos cuenta que el pelón era sumamente feo. "¿Qué le habrá pasado?", me preguntó papá a lo que respondí lo primero que se me vino a la mente: "Me tinca que alguien le tiró un escupo de ácido, entonces por eso quedó con ese pelón". Y sin ningún preámbulo lo bautizamos como Escupo. Lamentablemente Escupo tenía una desconfianza de los seres humanos, puede que su primera impresión de la raza no haya sido la mejor, por esto era reticente con nosotros. No tenía la confianza para entrar a mi casa, sólo rondaba maullando cada vez con mayor intensidad a pesar de su corta edad.

El invierno de este entonces era crudo y se registraban mínimas climaticas muy extremas. Como vivo relativamente cerca de la cordillera el frió es intenso dando las condiciones ad-hoc para que comenzara a nevar. Y nevó... durante varias horas nevó. Al otro día despierto y mi mamá me dice: "Diego... el gatito chico feo murió congelado". Me sentía culpable por haber abandonado a Escupo, pero él tuvo la culpa al no ceder en su miedo. Mi gato se había transformado en un Escupo congelado que mi mamá sacrificó no sé cómo. Muchos se ríen de la desgracia de mi fugaz gato. Yo cacho que Escupo igual se debe estar riendo, ¿adónde?, no lo sé, porque dicen que todos los perritos se van al cielo, mientras que imagino que los gatos se van al infierno. Donde presumo que mi gato Escupo debe estar calientito y con cero preocupación del frío. Escupo este es mi tributo.
"Escupo. Esperame allá abajo y prende el aire acondicionado, porque necesito que mi aclimatización en el paraiso de Luficer sea gradual".

Algún día dedicaré un texto al Rumpy.

martes, 14 de junio de 2005

Bombas en movimiento

Una pequeña narración que me pidió que escribiera mi amigo Perro Juan a.k.a. 24K.

Bombas en movimiento

Cuando el día desaparece y el manto nocturno se apodera del cielo capitalino los escritores recargan sus mochilas con las armas para el bombardeo sobre la ciudad. Las principales victimas: microbuses dejados a la intemperie por sus conductores. Armatostes recubiertos de color amarillo pasaran a la historia y ahora serán vistos como piezas de arte en movimiento. Con el armamento en la espalda, con las manos limpias, con el ruido que hacen las latas de spry se encaminan a atacar. El frío y la oscuridad de la noche mimetizan las intenciones de los bombarderos, mientras el corazón late a mil por hora y las ansías por descargar la artillería se hacen cada vez más insoportables. El ojo agudo del escritor descubre el objetivo al cual se abalanzará, una micro parada en medio de la noche sin ninguna protección y totalmente indefensa. Un recorrido por los alrededores sirve para tantear el terreno buscando así los posibles caminos de escapatoria por si se llegara a abortar la misión. Y ahí está. Un microbús limpio que espera pasivamente su turno de transformarse en una obra urbana. Al igual que los pintores observan detenidamente la tela para dar inicio al trabajo. De la mochila se extraen los primeros aerosoles para así comenzar la faena, al mismo tiempo muchas imágenes pasan por la cabeza, ya sea la pieza terminada o lo que significa ser sorprendidos y apresados con las manos en la pintura. De esta forma la adrenalina recorre cada rincón de tu cuerpo, puesto que la ley tipifica que el daño a la propiedad privada te puede llevar a pasar 5 días bajo la sombra y pagar la fianza que el tribunal te imponga, por eso un mínimo de desconcentración o una raya de más puede cambiar el sentido final de la osadía.

Con los ojos mirando el desarrollo del trabajo, como así también cualquier imprevisto que deje la pieza a medias se continúa con la labor. Poco a poco el microbús adquiere otra estética, ventanas y cuerpo se conjugan en un sólo lenguaje y el opaco color amarillo se pierde bajo los nuevos trazos y tonos dados por los bombarderos. El ataque se puede ver desde el techo hasta las ruedas, no hay rincón que se salve de las manos y talento de los asesinos de la calma nocturna. Con gran parte de la bomba desplegada se comienzan a afinar los detalles eligiendo el color preciso para lanzar el outline dotando a la obra de un toque personal, cuando la única compañía son los perros callejeros y las miradas de seres sonámbulos escondidos bajo la luz de las estrellas. Después de regalar un nuevo panorama visual a la ciudad los ejecutores de tal proeza observan como nuevamente invadieron el apacible color del transporte público e inmortalizan este momento presionando el botón de su cámara. Retirándose a casa conformes, con la misión cumplido y sin ninguna baja.

Lamentablemente para el chofer cuando suena su despertador ya es muy tarde. No significa que vaya a llegar atrasado a su trabajo, sino más bien observa con rabia como el mínimo descuido de su maquina significó entregarla en bandeja a los bombarderos que no perdonan ni una. Así, el mismo chofer es el encargado de exhibir por toda la urbe el ataque indiscriminado de escritores ávidos por tapizar cualquier micro. Conductores... tengan cuidado, los bombarderos siempre los están observando.

lunes, 13 de junio de 2005

“Algunos grupos ya cumplieron su ciclo. Ahora nos toca a nosotros”

Esta es una entrevista que le hice a Yntro. Uno de los tantos mc´s del grupo Bajo Tierra, que prontamente editará su disco solista.

“Algunos grupos ya cumplieron su ciclo. Ahora nos toca a nosotros”

Los primeros cassettes allá por 1998 despertaron la motivación en Yntro por hacer música. Un año más tarde junto a Cien, de Legua York, y Subter de Bajo Tierra deciden formar Metryka. Grupo que tuvo la oportunidad de tocar en diversos escenarios de la capital e incluso lograron salir a mostrar su trabajo a regiones. “Igual eramos pendejos y se separo el grupo”, nos cuenta Yntro al ser consultado sobre la disolución de Metryka. Siguió creando ritmos pero la ansiedad de mostrar su trabajo lo llevó a contactar nuevamente a Subter y fue así como junto a un tercer integrante crearon Triunvirato, proyecto que sólo se mantuvo un año. Pasando por una orfandad musical opta por comenzar a trabajar en un disco solista, pero paralelamente se reúne junto a más mc´s deseosos por hacer música y el colectivo Bajo Tierra ve la luz. “Ahora Bajo Tierra es un grupo, antes sólo era un colectivo”, afirma. Banda que logra editar un disco que nunca fue distribuido pero que tuvo una gran acogida en las redes de internet, sostenido además por diversas presentaciones en vivo.
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- Después de participar en dos proyectos como grupo, Metryka y Triumbirato, ¿qué razón te llevó a ser solista?

Es una cuestión práctica. Yo por un lado entré a estudiar y mis compañeros de grupo trabajan entonces no hay tiempo. Además yo tengo todas las cosas en la casa hago las pistas y puedo grabar cuando quiera. Es más funcional.

- Pero ya en la parte creativa ¿prefieres trabajar solo o con más gente?

Ambas. Puede ser paralelo, porque puedes estar en un grupo y además puedes tener tu proyecto aparte donde no tienes restricciones en cuanto a decir lo que quieras. Hay más libertad.

- Si tú te sientes parte de Bajo Tierra y también te gusta trabajar solo, ¿entonces cuál es la diferencia entre tu trabajo como grupo y solista?.

Es que Bajo Tierra por su diversidad no tiene la misma línea temática en cuanto a lo que es Yntro. Por ejemplo cuando yo hago mi música trato buscar mucho más el fondo.

- ¿Dejando de lado la forma?

No para nada. O sea en mi trabajo busco mucho más el fondo, lo que quiere decir el mensaje y el contenido tampoco menospreciando la forma. Pero Bajo Tierra es mucho más forma, es más estilo, es más estética, no tiene que importar mucho el contenido, pero sin dejarlo de lado.


Su disco “Rap, pan y agua” es la síntesis de lo que ha hecho en los cinco años que lleva inserto en la música. Afirma que quiere romper con los mitos del rap independiente y demostrar que el rap casero puede llegar a un nivel mucho más profesional. “Hay que darse el tiempo de preparar algo bueno, quizás no con muchos medios pero con tanta responsabilidad y trabajo que llegue a sonar casi profesional” dice Yntro. Agrega, “Hay muchos grupos que hacen sus temas, rapean y listo la canción quedo ahí, no pasa por más procesos”. Este mc está dispuesto a profesionalizar el rap casero.

- ¿Quién está a cargo de la producción de tu disco?

Las pistas las hago yo, éstas las grabe en mi casa con micrófono y tarjeta una cosa súper simple. Después lo separado lo llevamos donde un amigo, Pinino Ríos de Black Beat Studios, un estudio de él. Lo llevamos a su casa y él lo masterizó

- ¿Cuáles van a ser las temáticas abordadas?

Me interesa mucho lo que es la temática social, pero no abocado a lo político, sino más bien a cosas que a uno le pasan. Cosas que uno siente y mis desahogos. Me interesa hablar del rap, de lo importante que es acá y de cultivarlo bien, de no entregárselo a intermediarios, o sea a locos que no tengan compromiso ético ni moral con el rap.

- ¿Y cuál es ese compromiso ético y moral del rap?

Yo creo que no es malo lo que está pasando últimamente, que hay locos que están sacando tiendas, marcas de ropa, produciendo eventos y cosas así. Pero la diferencia entre un loco que tiene un compromiso ético con el rap y el que no lo tiene es que el primero sabe de rap, ya que empezó en el rap y actualmente está vinculado con gente, así que sabe en que punto decir basta, cuando se empiezan a poner turbias las weas. Y el otro weon no sabe de rap, simplemente se metió y puso una tienda, una productora y quiere ganar plata, porque se dio cuenta que se gana con el rap.

- ¿Algún invitado en el disco?

El disco lo hice con mucha gente que quizás no aparece, pero colabora caleta y que siempre estuvo ahí. Con respecto a mc´s y diálogos, está Rapaz un loco de La Foresta de Puente, Sphere de Bajo Tierra que en el tema rap pan y agua hace coro e introducción. Y en el disco rapea Subter también de Bajo Tierra, Ackos de MDE y Pizco

- ¿Te sientes partícipe de un movimiento rap en Chile?

Sí, mucho y ahora más que nunca. Llegamos a una etapa donde ya se cumplió un ciclo, donde nosotros fuimos observadores del rap. Creo que los grupos que ya estuvieron cumplieron su ciclo y que ahora viene mucha gente nueva que necesita tener su espacio, Pero lamentablemente la vieja escuela o el viejo ciclo no ha querido dar ese espacio, pero de cualquier forma hay que empezar a entrar ahí.


- Algunas palabras al cierre

“Quizás nunca tengamos una marca de ropa, ni vivamos el arte ni viajemos a Europa, nunca nos darán medallas ni levantáremos copas, viviremos a gotas cerca de la banca rota. Voy a ser un torrante que hace rap en torrentes, gobierno en tus parlantes, acabo en tu mente, voy a dejar cesante a la mitad de los mc´s de Chile, que lo tramitado estado por incompetente. Esta educación no se aprende con un libro, se aprende rompiéndose el cerebro en el rubro, acércame tu mano y estréchame ese hombro, dejemos las barreras de los hombres en escombros. Esta es la historia de un hip-hop que avanza, de gente que ha puesto su vida en esto y no descansa, esta gente no transa la causa me pauso, me vine por dos gamas y no me voy sin un aplauso.”


Pueden descargar el primer single de su disco "Rap, pan y agua" en http://www.hip-hopchile.com/download.php?view.1 .

domingo, 12 de junio de 2005

¿Alguien lee?

Con respecto al tema anterior algo se me quedo en el tintero. ¿Alguien lee esta wea? ¿O sólo estoy haciendo el loco?. Pero bueno... es una sana terapia.

Véanme !. Estoy aquí

La democratización de la exposición de la imagen tiene su más clara expresión en los fotolog. Bases de datos que albergan una infinidad de fotos que gritan ser vistas por todo el mundo. Donde también el auge y la caida de precios de las cámaras digitales han permitido que todos tengan acceso a mostrarse a los demás. Vivimos con el sujeto que Lipovetsky definió como Narciso, aquel personaje que le gusta verse reflejado en el mundo y que necesita ser visto, un coleccionista de elogios y con la mente puesta en un fín... ser reconocido, ni él mismo sabe en qué, pero ser reconocido. Ya todos exponen su privacidad al resto de las personas, ni siquiera a un reducido circulo, sino más bien se dejan observar por quién tenga ganas de hacerlo. La intimidad ya no existe, el ámbito personal se transmutó en un ámbito público, en el cual nadie tiene trabas para verte en las más diversas situaciones. Tus parrandas con amigos ya no serán material exclusivo del crew, tus celebraciones familiares se transformaron en el nuevo reality show de internet, y así una larga lista de hechos netamente privados los exhibes con cero pudor a quien se siente frente a una pantalla. Ojo, que también se puede mirar con otro prisma, es decir un nuevo medio de comunicación que te entrega amplia libertad para mostrarte, puedes decir lo que quieras, nadie te lo prohibe.
De la misma forma la construcción de tu imagen soñada se puede convertir en realidad, por lo menos virtual, y los demás te pueden admirar equivocamente. Todos necesitamos expresarnos, todos quieren ser vistos, escuchados o leídos, existe la necesidad de mostrarse. Pero ojalá que no se llegue a límites de los cuales después nos arrepintamos.

Pd: Tengo fotolog y blogspot. Pero lo más mediocre es que lo publico... es decir, igual tengo ese bichito de ser leído y visto.

sábado, 11 de junio de 2005

Se nos fue el tiempo de las manos

Con el pasar de la tecnología muchos aparatos de vuelven más sofisticados, pero también hay otros que están en peligro de extinción o simplemente se encuentran al borde de su decadencia. Como por ejemplo el reloj. Ya casí nadie ocupa reloj, puesto que la masificación del celular dejó a todos los maestros relojeros en la más absoluta cesantía. Si alguna vez osas preguntar la hora te aseguro que el 90% de las personas responderá tu duda por medio de su teléfono movil. Quedaron atrás las manecillas que se movían en tu muñeca durante gran parte del día y controlaban tu agenda. Nunca más tendrás esa parte de tu brazo sin broncear con motivo de la exposición al sol y que tu querido reloj se encargaba de cubrir. Te olvidarás de ocupar el "iluminatior" para buscar de noche la cola del pito que se te cayó. Tu preocupación por mantener a las agujas rindiendo al 100% se fue al tacho de la basura, ya que nunca más tendrás que comprar esas pilas pequeñas y ultra delgadas. Tampoco te servirá para conocer chicas carentes de conciencia temporal, es decir a minas que no sepan la hora y te le preguntan.
- Hola... ¿Me podís decir la hora por favor"
- Sí, obvio. Son las dos y media.
- Uuuuuu.... que tarde. Muchas gracias.
- Se nos pasa volando la hora ¿no?
- Sííííííííííííííí.... imaginate que yo salí a las 12 de mi casa. Estoy más atrasada.
(El resto es historia)
Ahora ningún ladron observará detenidamente tu brazo mientras vas en la micro y pensará en cuánto puede vender tu reloj. Tampoco habrá ningún niño que quiera un reloj con sus personajes animados favoritos, o sea cuando salieron a la venta relojes con diseños de Los Transformers o con algún personaje de fantasía debajo de los números y manecillas. Es más, el clasico reloj-calculadora no se verá más en las muñecas de los niños. Olvidate de la verguenza que sufrías cuando alguien te preguntaba la hora y te dabas cuenta que se te había parado (el reloj por supuesto). Ya no podrás usar como excusa que tenías otra hora en tu reloj cuando llegabas tarde, y sólo era porque tú mismo atrasabas la hora. Tampoco sufrirás cuando veías tu reloj lleno de agua después de haber salido de un chapuzon en la piscina, habiendote olvidado que tu reloj no era "water resist". En fín, ahora todos reniegan el uso de aquel aparato que nos acompañó por muchos segundos, minutos y horas. El celular fue el culpable de su desaparición. Pero querido reloj de muñeca muchos te recordamos. Salud.

- "¿Qué hora es weon?"

viernes, 10 de junio de 2005

Tortura pública II

Arriba de la micro tus manos al borde de la hipotermía suplican que las dejes en alguno de tus bolsillo o que las cubras con guantes, pero el movimiento del bus te obliga a someterlas a la tortura de apoyarlas contras los pilares que te ayudaran a mantener el equilibrio. En ese metal helado tus virginales manos sufren un enfriamiento caótico, sin embargo con el correr de los minutos asimilas la temperatura del pilar e incluso llega a ser agradable. Ya con las manos semi-calientes y el metal gozando de cierto calor sientes un golpe en tu brazo, sacas los audifonos y escuchas: "Avanze por favor". Y otra vez se repite la misma historia, nuevamente tienes que acondicionar los pilares a la sensación termica de tus extremidades. Es decir, cuando ya tienes calientito el fierro y no quieres despegar tu mano, siempre hay alguien que te pide que avances y dejas atrás todo ese trabajo. Olvidado el asunto de los pilares te das cuentas que estás rodeado de señoras de edad, o viejas, es por está razón que cada vez que se desocupa un asiento tus aires de caballero deciden ceder ante los años y el género femenino dandoles el asiento. También es común que cuando nadie alrededor tuyo sobrepasa una edad merecedora de asiento caminas por el pasillo y justo se para la persona que estaba al frente tuyo, viendo como el "pingûino" que estaba a tu flanco derecho ocupa el asiento que te corresponde. Claro está que la otra opción se encuentra presente, y que al subir a la micro el chofer te diga: "Oye... no querí´ subirte por atrá"´, tú el weon hacis caso. Al llegar al final de la micro te das cuenta que atrás está tan o más lleno que adelante y la gente toda apretujada. Logras saltar los escalones que te sitúan a nivel de los demás pasajeros, pero el conductor no deja de subir a más y más gente por la puerta trasera, lo que obliga a los pasajeros colgantes a mantener la puerta abierta para llegar a su destino. Un viento helado y ya te sientes como Jack de Titanic... o sea cagado de frio. Golpes de aire frío sacuden tu cara mientras la intentas resguardar con alguna persona o optas por perderte en medio de la masa y ser un objetivo inalcanzable para las rafagas. Cuando logras dominar la temperatura de los pilares y no hay nadie que pueda ser un potencial captador de asientos, miras a todos los pasajeros y quieres ver en ellos la cara de bajarse del microbus. Cuando por fín alguien se para de un asiento y logras posar toda tu humanidad (qué palabra más flayte), miras hacía afuera y te percatas que estás a dos cuadras de tu U y te bajas en 30 segundos más. Al tocar el timbre presumes que el bienaventurado conductor no lo escuchó, porque ves como tu habitual paradero pasa raudo frente a tus ojos. Después de todo te bajas y te das cuenta que estás atrasado y no tendrás tiempo para tomar un reponedor té caliente.
Y eso es sólo de ida... la vuelta es peor.

jueves, 9 de junio de 2005

Tortura pública

La ropa que llevas puesta no es suficiente para escapar del frió matutino, el viento helado traspasa las diferentes telas que cubren tu cuerpo. Las partes expuestas a las inclemencias del tiempo sufren más que ninguna otra, orejas, nariz y boca se congelan al igual que la libido de una señorita mientras ve que su pareja usa calzoncillos largos. Una tímida lluvia se percibe mientras gotas chocan en los charcos dejados por la tempestad caída el día anterior, poco a poco las gotas se transforman en baldes lanzados desde el cielo y la gente corre a refugiarse bajo algún techo. Las calles ya están llenas de agua y las principales arterias te sitúan en uno de los tantos ríos caudalosos del sur de nuestro país. El paradero de micro es tu guarida elegida para no pescar una gripe, paraderos separados por escasos centímetros de aquellas corrientes urbanas. Como no tienes paraguas la obligación te lleva a ser un espectador en primera fila de como el agua corre bajo tus pies. Un conductor sin ninguna compasión pasa pegado a la cuneta y levanta una ola mojando a gran parte de las personas resguardadas bajo el paradero, tú como todavía eres dueño de alguna agilidad de antaño logras esquivar la muralla liquida que aplasta a quienes perdieron su destreza juvenil. Más y más gente te acompaña en el techo público, el calor humano escapa por las paredes invisibles de la calle y las parkas mojadas se rozan unas a las otras goteando encima de tu calzado. A lo lejos logras divisar el armatoste en movimiento que te dejará en tu propia casa de los conocimientos o en palabras menos eufemísticas ves acercarse la micro que te lleva a la Universidad. En tus frías manos sostienes los 120 pesos que sirven para movilizarte dentro de la ciudad, lamentablemente no eres el único que toma ese bus y observas como una gran masa se personas van al encuentro de tu número. Como todavía gozas de un poco de decencia dejas que suban primero las viejas y las minas, pero si algún macho recio se quiere colar tu codo será el obstáculo de su corta aventura. Frente al chofer dejas caer tu dinero en su mano esperando que en el trueque capitalista funcione la lógica y te devuelvan un boleto. Como es costumbre no es así, así que resignadamente piensas que vas a caminar por el pasillo y encontrarás un asiento donde sacaras tu libro de la mochila y pondrás en tus heladas orejas los audífonos que también cumplirán un rol de orejeras. Pero no alcanzas a dar un paso y te detiene una muchedumbre con cara de sueño que también lleva su ropa mojada. Con el animo por el suelo, pero bien seco eso sí, tu música será la única compañera de esa odisea encima de cuatro ruedas ¿u ocho? no lo sé muy bien. En cada parada de la micro sube más gente sintiendo una presión que te lleva a apretujarte entre un asiento y alguna persona. Los pasamanos parecen un cubo de hielo, pero de igual forma tienes que apoyar tus manos si no quieres terminar como pelota de taca-taca.

- De ahí sigo tengo que terminar un trabajo-. Esta historia... si que continuará.

miércoles, 8 de junio de 2005

Y se nos fue el miercoles

Con el epidosio de la vieja desagradable vuelvo a clases y me encuentro con el chico González, mi profesor de interpretativo y opinión, lo que me da a entender que sí hay clases. Como había muy poca gente en la sala saco de mi mochila el libro de Benedetti "Gracias al fuego", libro que me presto la Conchi y en el cual estoy ultra pegado, y comienzo a leer. El profe me entrega el reportaje que hice con la Maca y nos puso un 5.8, no me gusta trabajar en grupo y nos es por descalificar a la Maca porque ella escribe muy bien, sino más bien porque no se tiene una libertad creativa individual. En el bloque de las 16:15 se supone que tenemos ingles, pero hoy la profesora se puso a rayar la papa y comenzó a dar un sermón por el asunto del paro y dejo en evidencia su sentimiento de auto-rechazo.

Ya con el partido de Chile a cuestas me dirigo a casa. Hoy fue el día en que más costaba tomar micro, por la gran cantidad de gente en las calles y por la ausencia de microbuses. Ya eran las 18:10 y yo seguía parado en Grecia con Macul, miraba a mi alrededor y notaba cara de ansiedad en todas las personas que me rodeaban y deseaban estar en sus casas. Unos rostros que denotaban stress y decepción por encontrarse parados en un paradero lejos de su hogar. Obviamente sentía lo mismo y el límite de la paciencia estaba a punto de ser sobrepasado, por esta razón opte por caminar a otro paradero para así evitar el tumulto de gente que se iban a subir a mis micros. Cuando iba caminado veo que 5 estudiantes del peda se suben a una camioneta y escucho: "Ya subamos no más, si el tío dijo que sí". Se encendió la ampolleta. Al verlos en la parte trasera de la Chevrolet grito: "¿Hasta dónde van?", a lo que responden: "Derecho no más". No lo pensé ni un minuto y ya me encontraba en la camioneta. Me reí camino a casa y tengo nuevos amigos, mientras todas nuestras esperanzas se depositaban en el conductor para que fuera lo más lejos posible. Cuento corto. El amigable chofer nos dejo en el paradero 22 de Avenida La Florirda, punto muy cerca de mi casa. Y ahí tomé otra micro lo que me ahorro bastante tiempo y llegue cuando iban dos minutos del partido. Nada mal.

Vieja desagradable

Después de días sin escribir me tomo el tiempo de aprovechar algunos minutos de la espera para comenzar las clases. De hecho, esta entrada no tiene sentido alguno, sólo la escribo para molestar a la vieja desagradable que se encuentra tras el mesón de la biblioteca de ciencias. Resumo. Terminadas las clases de teoría de la comunicación realizadas en la mañana me dispuse a estudiar mientras espero mis clases de la tarde. Antes me tomé un té con la Consuelo y ella me acompañó un momento. Posteriormente mi compañera emprendió camino a casa quedando solo en la U y no tenía ganas de estar con gente con la cual simplemente no quiero estar. No es mala onda... sólo son cosas de piel o de química. Así que decidí minimizar los esfuerzos que se vienen para este fin de semana, ya que tengo que estudiar mucho y me vine a la biblioteca de ciencias, puesto que ésta cuenta con cubiculos individuales que hacen más fácil llegar al estado de la concentración apta para el estudio. Al terminar, a medias, el texto llamado “El rostro en el cine” y faltando pocos instantes para comenzar mi clase en la tarde, quise revisar mi correo en uno de los tantos computadores de la biblioteca. Ya con los anteojos puestos me siento frente a la pantalla hasta que escucho una voz que se había repetido durante toda la estadía en el salón de los libros, que dice: “Oye... esos computadores sólo tienen word”. Doy vuelta mi cabeza y la vieja maldita sólo me lo dijo porque se percató que no soy un estudiante de ciencias y nada más lo hizo para joderme la existencia. Pero la deje muy callada cuando le dije: “Ni ahí... si sólo quiero ocupar word”. El rostro de la “amable” señora cambió y paso de una ironía a contener una rabia en su interior. Yo por mi parte atine a sonreír malévolamente y puse mis manos sobre el teclado. Esta es la historia de la entrada de hoy.

lunes, 6 de junio de 2005

Me carga levantarme temprano

Después de casi 4 semanas de movilizaciones hoy lunes volví nuevamente a clases. Y esto me llevo a pensar que otra vez caí en la rutina. Ese maldito hábito de hacer las mismas cosas todos los días y que a la larga terminan alienando al ser humano. El escuchar el sonido del celular mientras tus tibias sabanas te ruegan no abandonarlas, mirar todavía con los ojos medios nublados la hora en tu teléfono movil y percatarte que sólo son las 06:30. De mala gana levantarte a prender el califont, porque sino te duchas no funcionas, abrir la puerta del baño y mojarte la cara para afeitarte (al menos dos veces por semana) y después dejar que el agua caliente de la ducha toque tus manos para no quemarte. Respiras y ves como sale vapor de tu boca e imaginas el frio que sentirás más rato luchando contra las ganas de seguir durmiendo y terminar ese sueño inconcluso que el ruido de tu celular mató en la mejor parte. Ya bajo el agua tibia de la ducha te enfrascas en otro conflicto al negar la salida de tu cuerpo de aquel chorro liquido que te devuelve el alma.

Ya de vuelta en tu pieza prendes la tv para ver como se comportará el tiempo y no hacer el loco llendo con parka en la mañana y pasaer toda la tarde ese bulto por el calor que el día te brindó. Prendes la hervidor electrico (no cambio la mítica tetera) con la medida justa para un revitalizador tazón de té. Seleccionas las noticias de Canal 13 por la presencia de Carolina Urrejola al mismo tiempo que tiras mantel e individuales sobre la mesa. Eliges la palta más saludable y la faenas tal como a ti te gusta escuchando el hervir del agua. Tomas tu querido tazón con su respectiva bolsa de té en la mano izquierda, ya que en la mano derecha llevas el endulzante y un vaso de agua. Sacas la fuente donde comes cereal y abres el refrigerador para tomar tu leche semi-descremeda. Maldición, no te queda leche semi-descremada obligado a robar un poco de leche descremada a tu mamá, aunque el sabor sea la leche con menos sabor a leche que exista. Cereal y leche se unen en tu fuente listos para ser devorados. Juegas con la cuchara y hundes el cereal. Llenas 3/4 partes de tu tazón con agua caliente y el resto lo completas con agua helada... nunca te gusta tomar cosas muy calientes (Siempre hay excepciones claro está). Comes tu pan con palta y bebes tu té, en tus oidos entran las mismas noticias que viste anoche. Ahora atacas cereal y te pareces a un perro comiendo Doko. Lavas tus dientes, agarras tu mochila, tu pase y cuelgas tus audifonos del cuello con una selección de música muy bien elegida. Mentira !, siempre agarras cualquier disco.... mientras no sea el del día anterior. Vas a darle un beso a mamá, aunque ella esté durmiendo y cuando abres la puerta recibes una cachetada de frio en tu cara. Después piensas... "¿Por qué chucha queda tan lejos la U?".
En fin... me carga levantarme temprano. Funciono mejor de noche.

domingo, 5 de junio de 2005

Un sábado menos

Un nuevo sábado y una nueva resaca. Ayer por la noche era el llamado "Descontrol apocalíptico de proporciones biblicas", nombre dado al carrete de Alicanto que celebraría la conexión Santiago-Viña. Esa misma noche también se jugaba el partido de fútbol Chile v/s Bolivia, una instancia que paraliza a parte del país y desconfigura el normal funcionamiento de la ciudad. Como le dije a Feñaraco: "Esta wea de partido debería haber sido el domingo. Nos caga mucho el panorama". Ya que obliga a uno a ver la contienda y salir más tarde, agregando que el carrete de Chester (Así le digo a Alicanto... por el león de cachureos) era donde termina la ciudad.

Bueno la cosa es que decidí ir a sandunguear y a remojar la garganta junto a Feñaraco. Este weon igual aperra. Un amigo nos vino a buscar en auto para irnos a su casa a ver el partido, beber algún brebaje etílico y después marchar rumbo a Lo Barnechea. Acompañado de una piscola demasiado cabezona, más que alcohol era algún tipo de liquido para matar bichos, vimos los tres goles de la selección y emprendimos vuelo al carrete. Llegamos a Plaza Italia para juntarnos con un primo de la novia de mi amigo (¿Complicado no?).
-Pausa mientras veo Sex and The City-
Como era de esperarse en plaza Baquedano (Verdadero nombre de Plaza Italia) [Es íronico que el lugar donde se celebran los triunfos deportivos del país lleve el nombre de otro país]
-2° pausa de Sex and the City-
Siguiendo con el día sábado habia mucha gente en el centro neuralgico de los logros deportivos y también había mucha gente que se iba al carrete en masa. Después de ir a comprar cigarros me doy cuenta que el grupo espera por mi y enfilamos todos juntos a tomar la micro. En el paradero me doy cuenta que no vamos abastecidos de copete, ya que en el sector del sandungueo las cifras se elevan por sobre nuestra realidad, así decidimos buscar la botilleria más cercana para comprar algo.
-3° pausa de Sex and the City-
Después de caminar mucho y cambiar 6 lucas por dos promociones de ron dorado, por fin nos vamos donde Alicanto. Ya eran cerca de las 24:00. Como ese noche jugaba Chile y el transporte público nocturno por naturaleza es excaso por momentos pensé que no llegaríamos a nuestro destino. Nunca había ido al aposento de la lujuría en micro siempre me había subido a un auto y me encontraba allá, de todas formas yo era el guía de mi reducido grupo de excursionistas urbanos en busca de jolgorio.
-4° pausa de Sex and the City-
Al fin llegamos al epicentro de la distorsión. Cabe mencionar que la casa de Alicanto es increible, una casa gigante para un weon que vive solo. Le pregunto al anfitrion: "¿Y cómo está el carrete?", a lo que responde "Tsssss... caleta de gente weon. Hay hasta una miss Chile". "Yaaaaaaaa... mira tú" fue lo que pensé. Entro y ví que de verdad sí habían muchas personas. Y como me dijo Chester: "Una fusión de culturas". Minas rubias por doquier y exquisitas (Superficial... lo sé), pululaban por el patio al instante que bebía sorbos de ron. Hip-Hop se escuchaba como banda sonora, hasta que le dio el paso a Tommy Rey y después al reggeaton. Reía, bebía y fumaba... ah y también conocí a una mina. Pasó el carrete y el frio se hacía cada vez más fuerte junto con el sueño que no me dejaba seguir brindando. Dormite varios instantes, escuchaba voces. Posteriormente me tire en un sofa/cama a dormir pero lamentablemente una caja de vino interrumpió mi supuesto sueño. Ofuscado lanzé improperios a quién se encontraba a mi alrededor ojos venenoso me miraban. Seguí en mi lucha por conciliar momentos en paz... me dan jugo y me levanto enajenado. Empujones para acá, empujones para allá... estaba enfrascado en una pelea. Me sentía solo ya que Feñaraco dormía y cuatro sujetos amenazaban con golpearme. Yo bajaba los brazos y chocaba contra las paredes de la casa...un amigo de un amigo llega a calmar los animos llevandome a una pieza. Una mina golpeaba a mis enemigos y me decia: "Hechalos de tu casa". Plop... mi casa estaba a dos horas de aquel lugar. Salgo y para no incomodar a mi amigo Alicanto resuelvo el conflicto con el principal antagonista. Creo que es mejor emprender vuelo y retirarse de lo que fue el carrete, así me despido de Ackos mientras la odiosidad continuaba. Filo... para mi ya era parte del pasado. Tomamos la micro junto a tres minas, entre las cuales estaba mi defensora, pero no hubo mucho dialogo. Feñaraco y yo nos bajamos en plaza Italia para tomar otra micro que nos dejara en la puerta de nuestro hogar. Dormimos camino a casa todavía con frio. Nos despedimos y yo recojo el diario dominical. Como y duermo... cuando ya es día domingo. No sé... no quede muy conforme que digamos.

Cuatro conclusiones para sacar en limpio. La primera es que a pesar de mi pasividad los encontrones poco amigables igual están a la orden de la carta. La segunda es que me dí cuenta que mientras escribo los comerciales de Sex and the City se me hacen muy cortos. La tercera es que mañana lunes debo levantarme muy temprano para retomar mis estudio y la cuarta es que lo escrito hoy es demasiado largo, fome y sin ningún sentido.

sábado, 4 de junio de 2005

Reflejos

Cuando sacas tu ropa la sombra de tu silueta se refleja en la pared. En ese instante el muro de concreto toma otra relevancia y se hace poseedor de una imagen que muchos quisieran tener. El color negro de tu sombra se contrapone a la alegría de mi rostro al contemplar la forma que descansará en mis manos. Observo y me rio cuando veo los movimientos paseandose por la muralla ya sea el jugueteo coqueto de tus caderas y la manera en como se mueven tus pechos. Tu pelo con un dejo de pudor intenta ocultar la majestuosidad de tu cuerpo, pero las ganas de que sea visto por mis ojos hacen imposible su misión. La sombra no para de moverse y el constante coqueteo con mi mirada hace que la ansiedad alcanze límites insospechados. Miro como la silueta pasa por sobre cuadros e imperfecciones naturales de la pared opacando a éstas por completo. Todo pasa a un segundo plano y los colores con los que me esmere en decorar la habitación se pierden en esa oscuridad cautivadora haciendo del negro una de las tonalidades más luminosas de la paleta. Intentas tocarme pero el cerrojo que te ha impuesto el haz de luz impide el contacto, así la frontera de lo tactil y lo observable olvidan sus limtaciones. El mantener la luz apagada se vuelve una tortura, mientras la sombra pide que no la condenen a perderse cuando la opacidad de la pieza desaparezca. El pulgar en un acto instintivo alcanza el interruptor no dejando despedirme de esa imagen sin rostro.

jueves, 2 de junio de 2005

El mismo de siempre

Ayer conversando con una amiga debatiamos si uno se comporta de igual forma con todas las personas o cambiaba según a quien tienes en frente, todo dentro de las relaciones interpersonales amorosas-carnales-quimicas. Ella por su parte me decía que alguien cambiaba su ser en relación con quien está comprometido, mientras yo afirmaba que uno es el mismo de siempre independientemente de con quien estés.

Yo digo que uno mantiene su esencia y se muestra tal como es frente a todas las personas con las cuales entablas algún vinculo amoroso-carnal-quimico, a pesar de las caretas y actitudes minimas según la ocasión. Cuando hablo de esto me refiero a factores como la confianza, trato, etc. Es decir, tienes una esencia que te identifica como persona y define tu actuar con aquel sujeto. Sin embargo, pueden sumarse caracteristicas según pasan los años y te adecuas al entorno. Con esto mi amiga me decía que si bien uno es poseedor de una esencia que lo identifica como ser único, esa esencia se sitúa en el centro de tu ser, y que los cambios a la larga suceden en las capas externas de tu yo interior. Pero yo afirmaba que no, porque creo que la esencia es lo que configura todas tus actitudes, en lo que se refiere a relaciones, y si ésta llegará a cambiar pierdes lo único que verdaderamente te pertenece.

Bueno... al final no llegamos a un acuerdo. Ella defendió tenazmente su creencia en la mutación de la personalidad en relación a quién miras, y yo por mi parte mantuve mi postura de que uno siempre mantiene a su yo interior y a la larga eres el mismo de siempre. Como se puede leer visiones totalmente diferentes.
Igual fue una buena volá.

¿A quién elegirías?

Jim Carrey en su papel de Joel en la película Eterno Resplandor quiso borrar de sus recuerdos a Clementine, aquella mujer que también decidió exterminar de su pasado la figura de Joel. Por una sanidad mental. Esto lleva a la pregunta... ¿A quién borrarías tú?.

Borraría a determinada persona que no deja cerrar los ojos en la noche, a la misma que todavía te pone nervioso cuando la ves y que de inmediato hace reflorar ese picazon sin respuesta cientifica. A la misma persona que hace que cuestione mi forma de comportarme frente a ella, a esa que hace chocar sentimientos cuando la veo conversar con otro. La misma que no me gusta verla bailar con otro sujeto y que estoy muy atento con cada acción de ella en un carrete. Exterminaría a ella que produce que los celos emanen de mi cuando la veo ir a comprar cigarros con algún amigo, a la misma que ahora no me cuenta sus cosas porque ya no hay confianza. Sacaría de mi cabeza a esa que ya no se preocupa si no estoy en el grupo de amigos o a la cual ya no veo nunca más su nombre en mi teléfono celular. Me gustaría que desapareciera de mis recuerdos la misma mujer con la que me dedicaba canciones cebollas y bailabamos sin importar que nos miraran los demás. Trataría de olvidar a esa que se reía de mis chistes no importando si fueran fomes o graciosos, ya que más que nada le gustaba el cómo los contaba. No... mejor no la borro y me guardo todo eso para mi. Ya llegará alguna otra mujer que quiera olvidar.
Pero tú... ¿a quién borrarías?