lunes, 4 de agosto de 2008

Never Zorrender

El otro día con un amigo conversábamos sobre la muerte. Ahí él me dijo que una muerte nunca venía sola, de hecho, cuando alguien fallecía existía una regla de tres. No sólo se moría una persona, sino que dos más la acompañaban en el deceso.

Podría hablar de mi abuela -"La Mami"- que murió hace alrededor de dos meses atrás, ya que puedo afirmar que ella comenzó con la saga. También me podría referir a Jaime -"Cronos"- un amigo de la infancia que falleció el domingo pasado. O también de "La Niña", la mítica mascota de la mi gloriosa Escuela de Periodismo, que también murió hace algunos días. Pero no. Hoy hablaré de Carlos Picardo. Más de alguna persona se preguntará: ¿Quién es Carlos Picardo?.

Carlos Picardo era un ancianito fanático del fútbol. También fue un experimento televisivo de Felipe Avello, pero ahí se hacía llamar Carlos Picarte. Pero donde le agarré un cariño fue cuando defendía los colores de Santiago Morning en el clásico Show de Goles. En el programa de Chilevisión Carlitos ponía su pecho por los microbuseros, a pesar de ser hincha de Colo-Colo. Esto último se le notaba a leguas.

Me reía a cabalidad con las estúpideces de Carlos Picardo. Sus dichos, sus porras al Chaguito, sus peleas con Camacho (defensor de La U), sus picardía al opinar, su sordera que le impedía escuchar los relatos del compacto del partido del Morning, su temple al resistir hidalgamente las burlas de los demás contertulios y su carisma.

Nunca olvidaré cuando gritó a los cuatro vientos: "Chaguito Morning Never Zorrender". Al igual que Felipe Bianchi y todos los contertulios, sentí que la risa estalló en mi boca de inmediato. Nadie logró descifrar que diablos quiso decir Picardo. Sin embargo, el cántico quedó en la memoria colectiva de todos los asiduos al Show de Goles. Incluso, de los contertulios.

No obstante, en la semana leí en el diario que Carlos ya no podía gritar más. Sus porras se ahogaron al momento de ahorcarse en la soledad de su casa. El grito se apagó cuando cerró sus ojos, aunque la voz sigue oyéndose más fuerte que nunca. El "Never Zorrender" se transformó en el grito de guerra de cualquier hincha del fútbol, independientemente de los colores alojados en el corazón. Por lo menos, cada vez que vea al Chaguito tengan por seguro que gritaré, aunque sea internamente, ... Never Zorrender.