sábado, 9 de junio de 2007

Trabajo soñado

A causa de mi maldita gripe los últimos días he estado acostado viendo televisión. Tiempo que he aprovechado para ponerme al día con los más recientes estrenos de la caja idiota. Pero sin duda hay uno que me quitó el sueño. El nuevo programa que descubrí es una especie de reality show que transmite la multinacional Mtv y se llama “Escribo en Rolling Stone”. El sueño de cualquier comunicador que ama la música.


Para ser fiel al formato los participantes son seguidos constantemente por cámaras que registran paso a paso los acontecimientos de su vida. Aunque en la edición seleccionan los momentos que tienen relación con su labor reporterial para la prestigiosa revista. El perfil del joven concursante es un estudiante de periodismo, un escritor frustrado, un músico soñador, entre otros, lo que dota al programa de un conjunto diferente de personalidades que comparten un común denominador: amar la música.


Escribir en Rolling Stone debe ser el trabajo soñado. Recuerdo a Jhon Cusack en “High Fidelity”, cuando personificó a Rob Gordon, dueño de una tienda de discos. El personaje era un obsesivo con las listas y cada vez que tenía la oportunidad de ordenar sus ideas en un viñeta lo hacía. Dentro de sus registros se me vienen a la cabeza la lista de las cinco novias que marcaron su vida, la lista de las cinco canciones ideales para un funeral, la lista de las cinco canciones que debieron convertirse en éxitos, etc. Sin embargo, recuerdo con especial claridad esa lista que ordenaba los cinco trabajos soñados para él. Y en la posición número dos se encontraba ser periodista de la Rolling Stone durante 1965-1970. Según él una época dorada del rock donde habría tenido la oportunidad de compartir con artistas notables y hubiera recibidos sus discos de forma gratuita.


Pienso similar a Rob Gordon. Creo que me convertí en periodista por mi afición a comunicar en base a la escritura y qué mejor que escribir sobre aquella sensación que te hace erizar los vellos. También quiero escribir en la Rolling Stone. Ansío compartir de igual a igual con los artistas que crean las melodías que hacen menear nuestras cabezas, pretendo estar presente en largas sesiones musicales mientras dan vida a obras majestuosas, quiero drogarme y emborracharme con genios que dejarán fluir su talento en estados alterados de la conciencia. Y eso lo quiero escribir.


Señores de la Rolling Stone espero que tengan mi número y mi correo.