domingo, 29 de junio de 2008

Mira a Miranda

Siempre pensé que Charlotte era mi favorita, pero Sergio Paz abrió mis ojos y me hizo comprender que la verdadera heroína es Miranda:

La suma de todas las mujeres 
Por Sergio Paz

Todas las mujeres quieren ser Carries (o Samanthas), pero tarde o temprano se dan cuenta de que mucho mejor es ser Mirandas. Por eso me gusta. No pierdes el tiempo con ella. Desde un principio sabes que Miranda será Miranda a los 40, a los 70. Seguro que por eso el casting para ella resultó tan bien. Miranda tenía que ser colorina y de ojos verdes. O sea debía, ser tan gatúbela como rara y misteriosa.  Si juntáramos a varias féminas y les preguntáramos con qué características de las chicas se sientes identificadas, la mayoría marcaría lo que hace que Miranda sea tan deliciosamente Miranda: cínica, conservadora, ambiciosa, segura de sí misma. Amante no del amor, sino de la familia. Repasemos "Sex and the City". ¿Quién evolucionó más en la serie? Pues Miranda. Ella no sólo fue la primera que compró departamento, tuvo novio y luego un hijo, sino también la que más rápido pasó de la tardía adolescencia a la desequilibrada adultez. Para Miranda, por ejemplo, la moda nunca fue seguir las últimas tendencias, sino, ir bien vestida al trabajo. ¿Vieron alguna vez una chuchería en el departamento de Miranda? Cuento aparte es su profesión. Abogada. Es cosa de hacer la lista: las sicólogas aburren, las doctoras dan miedo, las profesoras agotan. Las abogadas, en cambio, siempre están listas para litigar. Con una abogada nunca terminarán en llanto o histeria desatada. A lo más una separación. Y aquí ya entramos derechamente en el terreno Steve, el novio de Miranda. Él sabe que detrás de la armadura de Miranda hay una mujer dulce que sólo quiere amor. Además, me gusta Miranda porque se parece a mi mujer. Pesada pero dulce, neurótica pero contenida. Seamos sinceros. ¿De qué se trata "Sex and the City"?. Pues de cómo las mujeres se transforman en Miranda. 

Completamente de acuerdo con el Sr. Paz.


viernes, 20 de junio de 2008

Súper 8

Después de reírme a mandíbula batiente con una conversación múltiple de messenger, en la cual molestábamos sin contemplación alguna (típico de TEP) a un amigo por su curiosa relación con la mítica y clásica golosina llamada Súper 8, partí al negocio más cercano y compré un par de dulces. El asunto es que llegué a mi casa y repetí el ritual que por años me ha acompañado en la ingesta del delicioso Súper 8.

Como es común saco de su envoltorio a la barra cubierta de chocolate. Y ahí es donde comienza la manía. Cuidadosamente capturo la primera capa del Súper 8 y la retiro hasta lograr ver la mísera cantidad de crema que trae. Sin embargo, omito tal preocupación y sigo detenidamente desprendiendo al dulce de sus casi 5 capas que lo componen hasta dejarlo reducido en una delgada línea de golosina cubierta de chocolate. Y ahí murió.

Paso a paso:














































lunes, 16 de junio de 2008

Antes y después...

Por fin encontré el contenido ideal para revivir este abandonado blog:











Como pueden ver a estos gringos locos no se les ocurrió una mejor idea que agarrar fotografías antiguas y tratar de captar una de similares características pero después de varios años. Y el resultado era ese.

Así que más rato me pondré a revisar las fotos antiguas y veré cual puedo reproducir.

Visiten el sitio acá.