Como es común saco de su envoltorio a la barra cubierta de chocolate. Y ahí es donde comienza la manía. Cuidadosamente capturo la primera capa del Súper 8 y la retiro hasta lograr ver la mísera cantidad de crema que trae. Sin embargo, omito tal preocupación y sigo detenidamente desprendiendo al dulce de sus casi 5 capas que lo componen hasta dejarlo reducido en una delgada línea de golosina cubierta de chocolate. Y ahí murió.
Paso a paso:
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