sábado, 27 de junio de 2009

Te comportaste como una vil puta

Conmigo te comportaste como una vil puta. Me sedujiste, me engatusaste, te presentaste frente a mi como la mejor de todas. Y yo caí redondito. Tus curvas, tus colores, tu potencia, la forma en la que me mirabas fueron el aliciente perfecto para que cayera rendido a tus pies. Dejaste que te montara. Permitiste que te tocara y te presentara frente a mis amigos. Veía la envida en los ojos de mis colegas y eso me hacía más feliz. Pero te comportaste como una vil puta.

Cambié a mi niña que nunca me destiñó (sí, dos veces) por ti. Tan solo fueron cuatro (quizás un par más) las ocasiones en las cuales fui feliz junto a ti. Pero no. Tú insistías en que eras para mi y yo para ti. Yo lo creí. Ciegamente me entregué a tus encantos. Pero te comportaste como una vil puta.

Muchas veces creía que el problema era yo. Que no te entendía, que no te sabía apreciar. Incluso, cambié el apodo que te había dado porque sé que no te gustó. Te puse uno a tu medida. Un sobrenombre que caracterizaba tu sonido y tu forma de ser. Pero te comportaste como una vil puta.

Me dejaste tirado. Una, dos, tres, incontables las veces que quedamos a medio camino. En una oportunidad fui yo quien te dejó botada en la calle. No me importó nada y solo me largué. Me mirabas mientras me iba, pero nada se interpuso en mi decisión. Pero te comportaste como una vil puta.

Todavía era mía, pero nadie lo sabe. Te tengo en mi poder, pero a la vez están tan lejos de mi. Ahora son otras manos las que te tocan, es otro el que te monta. Pero me aburrí, ya que te comportaste como una vil puta.

Ahora llegó mi negrita. Quizás es más delgada y tiene menos cuerpo. Pero ella nunca me ha fallado. Viene nuevita y de paquete. Nadie la ha montado antes. Yo fui el primero y el único que ha estado con ella. Y nunca me falla, en cambio tú, te comportaste como una vil puta.

Minmei querida todavía estás en mi poder y te amo, aunque te hayas comportado como una vil puta.