miércoles, 8 de junio de 2005

Vieja desagradable

Después de días sin escribir me tomo el tiempo de aprovechar algunos minutos de la espera para comenzar las clases. De hecho, esta entrada no tiene sentido alguno, sólo la escribo para molestar a la vieja desagradable que se encuentra tras el mesón de la biblioteca de ciencias. Resumo. Terminadas las clases de teoría de la comunicación realizadas en la mañana me dispuse a estudiar mientras espero mis clases de la tarde. Antes me tomé un té con la Consuelo y ella me acompañó un momento. Posteriormente mi compañera emprendió camino a casa quedando solo en la U y no tenía ganas de estar con gente con la cual simplemente no quiero estar. No es mala onda... sólo son cosas de piel o de química. Así que decidí minimizar los esfuerzos que se vienen para este fin de semana, ya que tengo que estudiar mucho y me vine a la biblioteca de ciencias, puesto que ésta cuenta con cubiculos individuales que hacen más fácil llegar al estado de la concentración apta para el estudio. Al terminar, a medias, el texto llamado “El rostro en el cine” y faltando pocos instantes para comenzar mi clase en la tarde, quise revisar mi correo en uno de los tantos computadores de la biblioteca. Ya con los anteojos puestos me siento frente a la pantalla hasta que escucho una voz que se había repetido durante toda la estadía en el salón de los libros, que dice: “Oye... esos computadores sólo tienen word”. Doy vuelta mi cabeza y la vieja maldita sólo me lo dijo porque se percató que no soy un estudiante de ciencias y nada más lo hizo para joderme la existencia. Pero la deje muy callada cuando le dije: “Ni ahí... si sólo quiero ocupar word”. El rostro de la “amable” señora cambió y paso de una ironía a contener una rabia en su interior. Yo por mi parte atine a sonreír malévolamente y puse mis manos sobre el teclado. Esta es la historia de la entrada de hoy.

No hay comentarios.: