viernes, 24 de junio de 2005

Será un ingeniero dijo el abuelo, un gran arquitecto sería perfecto

Cuando metí mi primer gol, ya con un raciocinio más elaborado, supe que quería ser futblista profesional. El éxtasis de ver tu tiro en la malla del equipo contrario era insuperable, tan excitante como una buena noche de sexo; el sentirte en la cima por un par de segundos convertía esa pequeña de fracción de tiempo en un recuerdo imborrable; ser el jugador más valioso del equipo te trasladaba a otra galaxia y ver la decepción en la cara de tus rivales es uno de los más grandes goces del deporte rey. Después otros intereses desplazan tus primeras proyecciones infantiles. En la clase de introducción al periodismo, la primer clase de la carrera, nos hicieron presentarnos y dar a conocer las motivaciones que te llevaron a elegir tu futura profesión. El 70% de mis actuales compañeros desde pequeños aman el periodismo. Escuché frases como. “Yo nací con un micrófono en la mano”, “Para mi periodismo es mi Dios”, “Quiero seguir la senda de mis padres y hermanos”, “Yo siempre trabajé en el diario de mi colegio”, y una larga lista de razones casi sacramentales. En cambio, yo respondí: “Ehmmmm vengo de Bachillerato. Elegí periodismo porque me convenció más que Antropología que era la otra carrera que llamaba mucho mi atención”. Inmediatamente me sentí observado como si hubiera mancillado el honor del periodismo. Con el correr de los partidos y los minutos en cancha me di cuenta que no me iba a transformar en el próximo Maradona o Pelé. Mis actitudes si bien sobresalían no eran lo suficientemente talentosas. Además, el carrete y la parranda aportaron su grano de arena en mi decisión de dejar de lado el deporte como carrera. Los sonidos del hip-hop cautivaron mis sentidos bombos, cajas y scratches llenaban los rincones de mi pieza apoderándose por completo de mi atención. Un día invitaron a mi colegio a asistir a una feria de las universidades, donde las casas de estudios privadas descargaban toda su artillería retórica y manejo comunicacional, con el único fin de engatusar al confundido estudiante de cuarto medio. Yo fui uno de ellos. Ingeniería en sonido se veía como mi elección académica, ya que supuse que la creación y manipulación de beats podrían rozar con los ritmos de mi música. Al cabo de un tiempo me di cuenta que no era así, o quizás sí, pero que yo no estaba muy convencido. Así que opté por bachillerato, la tierra de los indecisos, confundidos y los catalogados como “quintos medios”.Como dije antes antropología y periodismo eran mi horizonte más cercano. A pesar de que en mi curso decía que quería estudiar teología sólo por joder a mis compañeros, sabiendo que esa carrera no se imparte en mi universidad. Todavía recuerdo cuando aprendí a leer gracias a unos libros de enseñanza y mi afán autodidacta. La lámpara cabeza de perro que estaba en la cabecera de mi cama se convirtió en mi fiel compañera de lecturas nocturnas, que incluía historietas y libros varios. Con el advenimiento de la tecnología y la caída de precios mis padres me regalaron un televisor para mi pieza. Lo que de alguna u otra forma coartó mi fascinación por leer, alejándome del mundo de las letras e insertándome en las categorías audiovisuales. Yo sé que mis padres lo hicieron con la mejor de las intenciones para satisfacer al “regalón”. Posteriormente mi romance con las páginas emergió tal cual ave fénix de las cenizas, las hojas transitaban frente a mis ojos llenando mi cabeza de historias, cuentos, tesis y un sin fin de información. Ahora si bien me encanta leer amo mucho más escribir. Necesito sentarme frente a un computador para desparramar palabras, a veces sin ninguna coherencia, contar historias, relatar sucesos e inventar esos mundos que alguna vez me hicieron ciudadano de sus fronteras. ¿En qué me gustaría trabajar en el futuro?. Quizás ser el periodista de alguna embajada de Chile en Europa, de preferencia en Holanda para fumar porros indiscriminadamente, y a la vez mandar artículos, crónicas, columnas de opinión o cualquier papel tapizado de letras a algún medio masivo en Chile. De futbolista a ingeniero en sonido, de ingeniero en sonido a periodista, de periodista a... ¿quién sabe?.

2 comentarios:

AlFrEdOnE!® dijo...

bueno.. cada loko con su tema!!

AlFrEdOnE!® dijo...

yo sere un chef... quen sabe??