lunes, 16 de enero de 2006

Gané pero no gané

Como diría Joaquín Lavín en su proyecto por mantener las cárceles llenas de delincuentes, usando la represión en vez de la educación, “la tercera es la vencida”. Y este año así fue. Después de mi tercera votación por fin el candidato por el cual voté ganó. Cuando se eligió alcaldes y concejales mi voto fue dado al candidato del partido socialista, pero para mi mala fortuna el ignorante pueblo puentealtino alzó como ganador a Ossandon. Posteriormente voté por los representantes del Pacto Junto Podemos y nuevamente mi elección, Tomás Hirsch, no se adjudicó la banda presidencial. Ayer en mi tercera visita a las urnas tuve que votar por el mal menor, es decir voté por Michelle Bachelet, el fenómeno mediático que emergió como la espuma en los últimos años. Obligadamente tuve la obligación de continuar el gobierno de La Concertación, ya que era preferible que continuaran estos tipejos a ceder el mando a un sujeto ¿simpático?. Me pregunto como la gente es tan tonta y se deja engatusar sólo por el carisma de los candidatos, en vez de informarse por los planes de gobierno que éstos mismos presentan. Como me dijo una vez un profesor sería muy ingenuo pensar que la candidatura de Piñera es sólo un efecto comunicacional y que no esconde intereses económicos de las familias más poderosas de nuestro país. Además de las ambiciones de grandes consorcios económicos que buscan comprar, comprar y comprar. Me da pena saber que entregué mi voto a alguien que personalmente creo no se lo merece. Pero también me da una pequeña luz de alegría el enterarme que la derecha no se dejó caer en La Moneda. Que de alguna u otra forma nuestros votos descontentos ayudaron a mantener alejados a los buitres populistas neoliberales de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente del mando del país. Gané pero no gané. También tengo ese bichito de quedar en la historia al haber votado por la primera mujer presidente de Chile, pero eso es sólo una anécdota que como diría Guarello queda en los libros de estadísticas. Prefiero continuar parado en la misma mierda que entrega La Concertación a hundirme en el mar de caca que prometía La Alianza por Chile. Gané pero no gané. El mal menor se queda con la casa de gobierno. Es como una fucking victoria moral, una fucking victoria de ver a los fascistas alejados del timón del barco. Ahora a esperar 4 años más, a esperar que la gente despierte de su letargo mental, a esperar que la gente no se deje engatusar por gente simpática, a esperar que la gente salga de la ignorancia política.

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