domingo, 22 de enero de 2006

Desde el lunes

El 1 de enero me quito de fumar y me apunto a un gimnasio y aparco los vasos os lo juro, promesa incumplida como todos los años, acabar impregnado de tragos hasta el culo, os lo aseguro”, canta Hate de Violadores del Verso. Una rima que se me vino a la mente cuando pensaba que mañana si que si. Ya que he dejado de subirme a mi bicicleta sólo por el placer de pedalear y transpirar, he aumentado la cantidad de cigarros al día, he abandonado mi afición por el fútbol –aunque a decir verdad esto último se debe a una falta de quórum-, los trámites que debo hacer los he pateado con el pasar de los números del calendario, el itinerario de las vacaciones se ha quedado sólo en proyecto. Pero todo cambia desde mañana. Apuesto lo que se quiera a que Hate escribió esa rima en el preciso momento en que el 1 de enero caía día lunes. Como Van Gogh me cortaría una oreja apostando. Siempre nuestro primer día de la semana laboral es la fecha clave de algún propósito personal. “Desde el lunes dejo de fumar” ha sido una de las frases que más he escuchado en mi púber vida. ¿Pero por qué?. Quizás el lunes tiene un significado simbólico que todos utilizamos a cabalidad, debe poseer una carga conceptual que lo transforma inmediatamente en nuestro punto de partida. Se metaformosea en la mujer que baja los brazos o deja caer el pañuelo en las carreras de autos de Grease. ¿Por qué nuestras intenciones no las concretamos desde el momento en que las pensamos?. Tenemos que darnos un tiempo para disfrutar el último cigarro, para hacer zaping en vez de pedalear colina arriba, creo que es una falta de compromiso ante el plan que se tiene en mente. Por mi parte desde mañana lunes disminuyo mi cuota de cigarros al día. Y lo más seguro es que Hate siga gordo y fofo, fume una cajetilla diaria y beba más alcohol que nunca. Porque ese día lunes se propuso postergar sus promesas hasta el próximo lunes.

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