domingo, 10 de julio de 2005

Muerte con total naturalidad

08:25 del jueves por la mañana. Salgo de la ducha y lo primero que hago es prender la tv, para así actualizarme del acontecer nacional y mundial. Cuando los primeros monos comienzan a desplegarse en la pantalla de la caja idiota veo mucho ajetreo en las calles de Europa. Tipos con parkas amarillas, personas en camillas, ambulancias por doquier. En el generador de caracteres del canal de turno leí: “Ataque terrorista en Londres”. Pensé que ayer esas mismas personas que veían como sus familiares podían ser una de las tantas victimas celebraban eufóricas la obtención de los Juegos Olímpicos del 2012. De dulce a amargo en menos de un bombazo, o varios como se confirmaría más tarde. Y eso fue. Vi la noticia, pensé en las festividades del día anterior, recordé el ataque a la estación Atocha en Madrid y fui a prender el hervidor eléctrico para tomar mi té. Así como así, con toda la tranquilidad que implica preparar mi desayuno. Comía mi pan tostado con palta, sorbeteaba mi té y cuchareaba mi cereal, mientras en la televisión rescataban heridos del Metro inglés, contabilizaban muertes y buscaban culpables. Y no era una película. Lo que me cuestioné en el camino a la universidad es mi serena actitud frente al hecho, es decir ya no me sorprende ver ese tipo de hechos en los noticiarios. Quizás ya estamos tan acostumbrados que nada nos sorprende. Eso es lo que me asusta. Nos es usual ver como bombardean países a la hora de almuerzo, vemos a lo lejos pueblos destruidos y vemos a lo cerca nuestra comida. O sea, nuestra atención inmediata está focalizada en el plato que está en encima de la mesa y en un horizonte más amplio observamos muerte y destrucción con total naturalidad. Una mala costumbre creo yo. No puede ser que los asesinatos nos sean indiferentes y tomemos estos hechos como los goles del campeonato nacional. Me da miedo que aprehendamos e interioricemos eso. Esos son los verdaderos realities show, y lamentablemente sólo lo tomamos por eso, como un simple programa de televisión que pasan por las noticias. Y cuando terminan las noticias, también se acaban las muertes. En África muere un niño cada tres segundos, muere de hambre, de hambre !. ¿Y qué hago yo?. Pierdo mi tiempo escribiendo en internet. ¿Y qué haces tú?. Algo mucho peor, ya que lees la estupideces que escribo. En pocas palabras no hacemos nada.

Pd: Mientras leías la wea que escribí murieron 31 niños en África.

No hay comentarios.: