martes, 7 de octubre de 2008

Ojos bien cerrados

Stanley Kubrick tituló una película con el mismo nombre. Sin embargo, la historia a continuación es muy disímil al largometraje del afamado director. En mis “Ojos bien cerrados” no existe la negación, tengo bien claro lo que siento, lo que me pasa cuando la veo, lo que me produce pensar en ella, cuanto la extraño.

Sé muy bien que cierro mis ojos cuando la beso y también sé que ella los mantiene cerrados cuando me besa. Esto último se lo tuve que preguntar, porque nunca la veo cuando nuestros labios se chocan. Ya dije que mis ojos están cerrados, pero al momento de consultarle ella me aseguró que su miraba también se sumergía en un universo de besos y arrumacos.

Tener los ojos significa entregarte a la persona que besas. Darle un verdadero sentido al acto de compenetración entre las dos personas. Olvidarte del mundo que te rodea y enfocarte en entregar lo mejor que uno tiene en el beso. Confiar en que tu boca está en buenos labios y acariciar su rostro suavemente. Jugar con tu lengua y sentir su lengua en una contorsión de corte erótico. Y rozar como signo de satisfacción ambos labios.

Por eso cierro los ojos cuando te beso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es sellar una complicidad en la que solo existen 2 actores, en el resto del mundo desaparece...
un instante que es solo de ambos...
donde algo tan simple significa tanto... donde las palabras sobran...

un gesto vale mas que mil palabras...

Te...

Anónimo dijo...

el que nace chicharra
muere cantando....

la ekivokada era yo