miércoles, 10 de octubre de 2007

No me falle 'iñora

Días atrás escribí un ensayo amoroso ejemplificado en la disímil pareja de Adolfa Volpes, 82 años, y Reinaldo Wavegche, 24 años. La unión matrimonial de ambas personas me hizo creer en la utopía del corazón y la bondades del sexo en el adulto mayor. Pero al parecer el mismo órgano que le devolvió la vida a la Señora Adolfa ahora se la está quitando.

Luego de casarse con su joven marido, los nuevos esposos partieron a la tradicional luna de miel. Unos días en las plácidas playas brasileñas, auspiciadas por la tv del mismo país, serían el escenario perfecto para consumar su amor con todas las de la ley.

Sin embargo, cuando estaban en la mejor parte del matrimonio no sólo se paralizó la virilidad de Reinaldo, sino que también el pecho de su octogenaria mujer. La Señora Adolfa sufre de una afección cardíaca que se manifestó en el momento menos indicado y dejó a su hombre con el molde hecho.

Las molestias del corazón llevaron a la recién desposada a ser hospitalizada a causa de una arritmia y dolores en el pecho. O sea el único hombre que vio desnuda a la mujer fue el doctor que la atendió, porque su esposo no se alcanzó ni siquiera a bajar el cierre del pantalón.

Informaciones aclaran que en los próximos días la Señora Adolfa podrá cambiar la cama del hospital por el nicho nupcial. Ojalá que esta vez la novia no arrugue.

PD: Te tengo fe Adolfita. Una por mi que sea.

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