martes, 17 de octubre de 2006

Prácticamente una oferta




Para todos los estudiantes de educación superior las prácticas son un paso más en el desarrollo profesional. Una etapa de aprendizaje y –como su nombre lo indica- de práctica de lo adquirido en las aulas.

En mi odiada/amada carrera de periodismo el beneficio económico de las prácticas es nefasto. La llamada “ayuda” que entregan los medios de comunicación y/o empresas es casi nula. A pesar de que muchas veces los conglomerados exprimen hasta la última gota de sudor del sacrificado estudiante.

Actualmente, la idea de realizar la práctica en mi generación periodística es un tema preocupante entre mis colegas. De todas formas, los ofrecimientos por contar con el talento de mi escuela no escasean en mi universidad. Todos los canales de televisión, todas la radios, todos los periódicos o revistas, y muchísimas empresas escriben a las autoridades de mi carrera para solicitar los diamantes en bruto. No por nada, de mi escuela egresan los mejores periodistas del país. –Lugar para ser petulante-.



Pero ayer vi algo que superó mi imaginación. Y ojo, que mi imaginación tiene límites insospechados. Aunque, si robara las palabras de Roberto Bolaño, la cosa no es tener imaginación, sino buena memoria. Pero eso es otro tema. Ayer vi una escena que me sorprendió. Caminaba tranquilo por los pasillos de mi escuela buscando un lugar abierto para encender un cigarro y al levantar mi vista vi un hecho insólito. Cuatro piernas larguísimas que escapaban de unas ajustadas minifaldas verdes para terminar en unos tacos agujas color blanco. El humo del cigarro que por un momento nubló mi vista dejó espacio para disfrutar de aquella alucinación. Un segundo aire me hace advertir que ese par de piernas maravillosas pertenecían a dos más lindísimas promotoras. Pero eso no es lo extraño.

El color verde de sus diminutas minifaldas y las blusas blancas que luchaban por no dejar escapar un pecho las hacía similares a las promotoras de Falabella. Pero no era así. Atrás de las preciosas chicas logro reconocer un plasma de alrededor 50 pulgadas que repasaba una y otra vez un spot. La sorpresa fue mayor al divisar un logo de una estación televisiva. Mega, el canal perteneciente a Ricardo Claro, llegaba a ofrecer prácticas alumnos de la escuela de periodismo de la Universidad de Chile. What that fuck? Era como ver a Bush en la plaza de la revolución. Era como ver a un hincha de la U lleno de trofeos. Era como ver a un cristiano inteligente.

La peor estación televisiva del país llegaba a la universidad más emblemática de Chile a buscar periodistas. A pesar de ser ideológicamente diferentes... ¿igual nos necesitan?. Como dije anteriormente, el stand de Mega se componía de dos bellas promotoras y dos cazatalentos. Dicho canal llegaba con toda su oferta publicitaria a enganchar a ingenuos periodistas. Cargados con falsas promesas y con formatos preconfigurados a ofrecer ilusas oportunidades de innovación profesional. Además, de un sesgado tratamiento noticioso.

El contingente de Mega sólo alcanzó a estar 1 hora y media en mi escuela. El poco entusiasmo mostrado por mis compañeros los llevó a darse cuenta que estaban cagando fuera del tiesto. O como diría mi profesor de Cine: “regar fuera del macetero”. Los bajos puntos de rating, en un lenguaje acorde a Mega, acortó sus tiempo de ofertón en la escuela.

Obviamente, no faltaron los cándidos que cayeron en las redes de la publicidad. Ya que como es sabido, la publicidad no es sinónimo de calidad. Pero creo que se acercaron por curiosidad y por la calentura de ver a los bombones de faldita verde. Para mi consuelo, los inocentes fueron los menos.

Respiré tranquilo al ver que todavía queda un reducto de enseñanza periodística con principios. Y respire por segunda vez más tranquilo al saber que pertenezco y soy parte de esa isla en el mar de ignorancia.

Espero que los apuros económicos no me lleven a recibir un frío y asqueroso escupitajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pa variar hablando de chicas..

ojala q no te caiga en la cara el escupo.. mira q a falta de pega y dinero ... " venderse" es lo comun.. ahora... podis trabajar en mega.. y tus valores y principios dejarlos intactos.. mm mm

aunq no se... creo q tb debo cuidarme del escupitajo..