jueves, 22 de junio de 2006

Capítulo 0: La otra pasión

¿Por qué jugar en Manfinflácticos?

Cualquier persona con sentido común diría que no vale la pena. Tiempo perdido. Masoquismo barato. Porque Manfinflácticos no es un equipo ganador ni campeón. Es más, ni siquiera es un equipo del montón. Es el peor de los peores, el más humilde, el que año a año mira hacia arriba de la tabla para ver a sus contendores.

Tres años duros han pasado hasta el presente. En los dos últimos años, los equipos del holding han sumado sólo una victoria: hace dos años, Tu Hermana ganó 11 a 10 a Macaqueros. Victoria para nada honrosa, porque fue para definir, entre ambos integrantes de Manfinfleros, quién ocupaba el penúltimo y último lugar de la Copa del Rey de Periodismo.

Entre los mayores logros se encuentra haber dejado a dos equipos en la última fecha sin la chance de acceder al cuadrangular final. Como perro del hortelano, los dos últimos años Manfinflácticos ha debido arbitrar definiciones, contentándose con ser comparsa de la fiesta de otros.

Volvemos a la pregunta: ¿por qué jugar en Manfinflácticos?
Por la mística y el coraje que da ser el peor de los peores. Por la mística que se siente en cada partido. Por los compañeros, que apoyan en las malas y en las peores. Porque, de alguna forma, ser Manfinfláctico es un orgullo.

Hoy, en 2006, Manfinflácticos inicia un recorrido para lograr más motivos por los cuales hinchar el pecho. Tres torneos se esperan para este año. Once gladiadores en la cancha y muchos más desde las tribunas seguirán la campaña del más malo de los malos en la lucha por surgir en los campeonatos de baby fútbol de Periodismo.

¿Qué pasará? Nadie sabe los resultados, pero sí el presente.

Y ése es que Manfinflácticos ya es una pasión.

Por Rivas

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