viernes, 17 de octubre de 2008

Te digo cosas lindas

Sé que cuando me miras se nota que me quieres. Hasta cuando me miras con cierta cuota de odio tus ojos delatan el cariño que sientes por mí. Y eso se nota mucho más cuando te hablo y diriges tu mirada directo a la mía. Incluso, a veces las palabras están de más y nuestros ojos hablan por si solos. Los silencios hacen que nos compenetremos mucho más, porque no basta decir nada para que sepas todo lo que siento por ti. Eso me gusta. En cambio a ti te gustan otras cosas. Eres feliz cuando te consiento y te digo cosas lindas. “Dime algo lindo”, me dices cada vez que te digo que me voy a dormir. Pero yo prefiero ser la última voz que escuches antes de ir a dormir.

Te encanta que te haga cariño en la espalda y te cuente historias cerca de tus oídos. Que te abrace por detrás y te de besos en el cuello. Doblas tu cabeza en señal de cosquillas o vergüenza, aunque sé que te gusta. Cuando paso mis dedos por tu espalda sé que cierras los ojos, dibujo las formas más abstractas en tu cuerpo, pero sé que las entiendes. Escribo y escribo en tu espalda y tratas de descifrar lo que quiero decir, eso nos gusta y nos hace reír.

“Como fresa para chocolate” es tu historia preferida. Y también la mía, sin embargo, ambos sabemos que tenemos tiempo para escribir más y más historias sobre nosotros.

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