Rapidamente pesco mi banano y mi libreta para subirme al auto que me llevaría donde el atleta. Cuando llego a las dependencias del hotel veo una cara conocida. Por suerte ubicaba a la relacionadora pública del sujeto, asi que tenía un punto a mi favor.
El vínculo existente borró de inmediato la supuesta tensión debido a mi atraso. Finalmente bajó Duncan Riffle, destacado bikers de la escena estadounidense. Su presencia en Chile se debía al Torneo Valparaíso Cerro Abajo y a la promoción de sus bicicletas.
Primero sacamos un par de fotos en el estacionamiento de lugar, lo que daría un carácter urbano a la producción. Lamentablemente la lluvia nos quitó la posibilidad de hacer unas fotos en el Parque Araucano saltando unos montículos.
Después de las flashazos venía el turno de la entrevista. En poco más de media hora realicé las preguntas de rigor para conocer a Riffle. Obviamente le pregunté si su tan cuidada bicicleta era fundamental a la hora de competir. Frente a eso me respondió que la bicicleta era clave en los descensos y deslizó la pregunta: "¿Quiéres probar la bicicleta?". "Obvio", dije.
Me subí y de inmediato sentí la comodidad de los amortiguadores. Salí del Hotel para dar una vuelta en la ciudad, en fin, era como probar un auto nuevo. De hecho, me puse los audífonos para escapar del ruido citadino.
Al cabo de 5 minutos volví al hotel para entregar la bicicleta. Cuando la dejé en sus manos le pregunté por el precio de la joyita. "3 millones y medio de pesos", me respondió. Si hubiera sido Condorito diría: "Plop". Yo tan confiado por la ciudad paseándome en nada más, ni nada menos que en un bicicleta de 3 palos y medio. Por no decir, una wea surrealista.
PD: Fome la historia culia.
1 comentario:
jajajja no esta fome.. esta alejada de todo lo que siempre escribes solamente... o sea, es una historia donde no se nombra la palbra alcohol,,, cosa rara :p
jaja suerte en la pega. q estes bn..
chaus
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